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domingo, 2 de diciembre de 2012

Golpe de pedales


"Ciclistas", de STEVE KUZMA

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 18 de octubre de 2012

Me paran por la calle y me preguntan si nos lo podemos permitir. El Mundial de Ciclismo. Pregúntenle al alcalde, les digo. Pregúntenle a Juan Vicente Herrera, que pone los avales. Interroguen a los responsables del Consejo Superior de Deportes, que tan interesados parecían hace unos días en desentenderse del acontecimiento. Y sondeen sobre todo, a los empresarios, que al final tienen que ser los que pongan la mayor parte del dinero, atraídos por los beneficios fiscales.

Me abordan en los bares y me preguntan, otra vez, si podemos permitírnoslo. Un Mundial de Ciclismo, aquí en Ponferrada. ¿De dónde saldrá el dinero que tiene que poner el Ayuntamiento? ¿Vendrá todo de la Junta? ¿Crearán algún impuesto nuevo? ¡Si ni siquiera se han puesto de acuerdo para aprobar el presupuesto de este año!, me recuerdan. ¿Recortarán el gasto en servicios sociales? ¿Dejarán de recoger la basura a diario? ¿Dejarán que se sequen los jardines? ¿Tendremos que ir al trabajo pedaleando?

No tengo las respuestas, les insisto, pero no me dejan tomar el café tranquilo. ¿Pero tú no eres periodista?, me interrogan finalmente, decepcionados, como si uno tuviera una bolita de cristal para saber lo que pasa por la cabeza de nuestros gobernantes. Y se van.


Logotipo del Mundial de Ciclismo de Ponferrada

Hay mucha gente en Ponferrada que está preocupada. Temen que el Mundial de Ciclismo sea una carga insoportable. No creen al alcalde cuando dice que organizar una prueba internacional de tanta trascendencia no será un despilfarro para la ciudad, ni una fiesta, sino una apuesta seria para atraer dinero, inversiones, obras, turistas, proyectos, gente nueva. Una oportunidad.

A priori estoy de acuerdo. No debemos dejarlo escapar. Hay que poner a funcionar ese consorcio fiscal creado para atraer a inversores privados, convencerles de que pueden obtener un beneficio. Pero debemos asegurarnos, sobre todo, de que la factura no nos la cobran a los de siempre. Los que financiamos casi todo. Los que pagamos los platos rotos de la crisis. De la deuda. De las exigencias de Bruselas. Y ahora que saben lo que pienso, que hay que dar un golpe de pedales, no me paren más por la calle y déjenme tomar el café tranquilo.

La marca España

 
España de pena, dice 'The Economist'
 
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 11 de octubre de 2012

España es una marca. Y como marca que somos, al Gobierno le preocupa la mala imagen que las protestas contra los recortes están causando en el exterior.

Le preocupa que el rostro descalabrado de un adolescente caído en las inmediaciones del Congreso después de una carga de los antidisturbios haga subir la prima de riesgo.

Le preocupa que tanta protesta de los funcionarios y de los profesores —los mineros de León ya no salen en los medios internacionales, ahora que sólo se quejan de los recortes salariales del empresario y no cortan carreteras— de los bomberos, y los interinos, y los obreros en paro, y los que viven del subsidio de desempleo o de la pensión del abuelo porque ya no tienen otros ingresos, acabe retrayendo las inversiones.

Quizá estemos abocados, con todo respeto, a convertirnos en un país de camareros, de aquellos camareros que tanto echaba de menos el hoy ministro Arias Cañete cuando se sentaba en una terraza del centro de Madrid y no le ofrecían unas gambitas, porque el hombre de la bandeja era latino y no estaba educado en los servilismos castizos.


La mejor forma de evitar imágenes como esta no es quitarle la cámara a los fotógrafos.
(A SERGIO PÉREZ, de REUTERS, no le quitaron la cámara, esta vez...)


Y mientras nos transformamos en una marca, en un casino gigante, en un lugar barato donde los alemanes pasan sus vacaciones, los que protestan en la calle, según el Gobierno, son poco menos que antipatriotas por dar mala imagen y no encuadrarse en esa mayoría silenciosa que oye, mira y calla. Y aguanta. Y se adapta.

Quédense en casa, nos están diciendo. No empeoren mas las cosas. Que nos están hundiendo la marca España en los mercados.

Claro.

Es mas fácil echarle la culpa de la crisis a quienes pagamos la hipoteca de un piso sobrevalorado por la burbuja inmobiliaria y señalar con el dedo a los que protestan porque la agravan, que reconocer que no van a dar con la solución quienes forman parte del problema, una clase política despilfarradora, clientelar, capaz de gastar el dinero de Europa en obras inútiles, seguramente para sacar tajada, que ha tenido la infeliz ocurrencia de asfixiar la economía para pagar su deuda, y que ahora añade la desvergüenza de acusar a los que se manifiestan de hundirnos más en la fosa que ellos mismos nos están cavando.


Otro juego de palabras. Esta vez de www.elcelatagarrapata.blogspot.com

sábado, 1 de diciembre de 2012

Desratización


Graffitti de Salvador Kalavera (El Matarte) titulado "Teatro Antidisturbios"
 Del blog La bitácora de Salinas

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 4 de octubre de 2012


Una plaga de ratas ha obligado a cerrar el parque de Quevedo durante cuatro días. Son roedores de campo y se han cruzado con los hamster domésticos que los vecinos de León abandonan en la zona verde cuando se cansan de tenerlos en una jaula, en el cuarto de los niños.

Algunas de esas ratas voraces, que se lanzan sobre los restos de comida que la gente deja en el parque, llegan a medir once centímetros, veinticuatro si contamos la cola. Y son ratas peligrosas, capaces de transmitir la turalemia a los humanos y al resto de animales. Así que el Ayuntamiento de León ha decidido desratizar el parque de Quevedo usando bromadiolona, un anticoagulante que tarda diez horas en envenenar a las ratas, que tienden a refugiarse en sus madrigueras cuando se sienten mal y así no hay que molestarse ni siquiera en enterrarlas cuando mueren.

En los Picos de Europa, rebrota la sarna porque no hay dinero para tratar a las cabras montesas y a los rebecos y la fauna salvaje se echa a perder. Pero todo es cuestión de prioridades. El veneno para las ratas seguramente cueste menos que la asistencia veterinaria para las cabras. Y por el parque de Quevedo se pasea más gente que por los senderos de los Picos de Europa.

Todo es cuestión de prioridades, sí. Y de gastar bien el dinero. Porque hay quien prefiere jugar a la ruleta rusa y dedicar menos a la prevención de los incendios forestales, a ver si suena la flauta y nadie quema el monte, aun a riesgo de que luego se gaste más dinero en apagar el fuego. Dinero que hubiera venido muy bien para atajar la sarna.

Y eso es algo que pasa en todos los ámbitos. Quienes nos gobiernan han debido pensar que es mejor (para ellos) pagar 300.000 euros en dietas a los mil quinientos agentes antidisturbios que estos días han rodeado el Congreso y despreciar a los ciudadanos que protestan contra los recortes «modulando» la libertad de manifestación, antes que cambiar de política, cambiar de Gobierno, y dejar de tratar a patadas los que se quejan diciendo que son todos unos perroflautas y unos antisistema, como si fueran poco más que rebecos con sarna, o aun peor, ratas sueltas en el parque de Quevedo.

Incendiarios

Sello uruguayo

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 27 de septiembre de 2012

El fuego comenzó cerca del cementerio y de la carretera, y el viento, que soplaba del sur, lo fue acercando al pueblo. A las cuatro y veinte de la tarde, alguien alertó por teléfono a los servicios de emergencia. Decía que las llamas comenzaban a cercar la aldea. Había miedo.

Pereda de Ancares sufrió el pasado fin de semana el peor incendio del verano en el Bierzo. Quienes estuvieron allí me cuentan que el fuego, que ha calcinado 650 hectáreas, hubiera sido imparable si no hubieran llegado las lluvias. La Junta de Castilla y León decretó el nivel dos de alarma, volvió a movilizarse a la Unidad Militar de Emergencias, medios aéreos. Otra vez.

Y ahora, perdónenme si les hablo de mí. Quienes me conocen saben que antes de ser periodista yo apagaba incendios forestales durante los veranos. Con eso y una beca —de las de antes— me pagué los estudios universitarios. Así que he pisado monte, he subido cuestas con un extintor (de esos que parecen sulfatadoras), he tirado de manguera, y he pasado alguna noche tratando de que el fuego no devorara un pinar o no se acercara a una aldea como la de Pereda de Ancares. Es algo de lo que me siento particularmente orgulloso, aunque no dejaran de pagarme un sueldo por ello.


Cartel oficial de una brigada contra el fuego.

Comprenderán que me duela especialmente que la persona que provocó el incendio en Pereda —porque la Junta no tiene ninguna duda de que detrás del fuego está la mano del hombre— haya tardado exactamente una semana en quemar el monte, después de que este periódico informara de que el verano se acababa sin ningún fuego de relevancia en Los Ancares. Y el texto lo firmaba yo.

Ustedes pueden discutir ahora si el artículo era oportuno, igual que pueden opinar si es responsable publicar caricaturas de Mahoma. Nos va en el sueldo. Pero el problema de fondo seguirá siendo que en Los Ancares, —donde el alcalde de Candín advertía en ese mismo artículo de que podía haber un incendio en cualquier momento— o en Castrocontrigo, o en el Pajariel, haya tipos tan podridos como para quemar el monte, lean o no lean los periódicos donde se habla de ellos. Incendiarios. A ver si se los lleva la lluvia.

Esperanza

Del blog www.losmediosdecomunicaciónysociedad.blogspot.es

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 20 de septiembre de 2012

Ayer les contábamos que Santiago Carrillo había muerto mientras dormía una siesta en su casa. Casi sin darse cuenta.

También les contábamos que el Rey de España calificaba de quimera la independencia de Cataluña y que Rajoy apelaba a la Constitución para negar la secesión. Les decíamos que Artur Mas no se daba por aludido y seguíamos hablando de la dimisión de Esperanza Aguirre, una semana después de que le arrojaran un tupper a la cabeza.

Les informábamos de que el fiscal general del Estado quiere evitar que los independentistas vascos se conviertan en un caballo de Troya para la democracia.

En el Bierzo, nos enterábamos de que el empresario minero Victorino Alonso ha enviado una carta de despido a los catorce miembros del comité de huelga, en un intento por frenar la protesta contra los recortes de sueldos en los cielos abiertos. Que el Mundial de Ciclismo está en el alero. Y que otros trabajadores, los que recogen la basura en Ponferrada, están planteándose ir a la huelga si la empresa concesionaria opta por despedir a algún compañero, en vista de los recortes que piensa aplicar el Ayuntamiento.

Contábamos que Mitt Romney metía la pata y arremetía contra los votantes norteamericanos que dependen del Estado. Que Rushdie criticaba el video sobre Mahoma y reconocía que hoy le sería imposible publicar un libro como Los versos satánicos. Que en China protestaban contra Japón. Y que la Otan cancelaba las patrullas conjuntas con las fuerzas de seguridad afganas en respuesta a la oleada de ataques talibanes.

De todo eso les hablábamos ayer. Y sin embargo, hoy me despierto con la sensación de que no estamos contando todo lo que pasa. Que se nos escapa algo importante. Deberíamos contarles, por ejemplo, que se nos mueren los viejos y por eso se están reduciendo las listas de espera de la Ley de Dependencia. Titular a cinco columnas que el Imserso se olvida del alzheimer. Y que en una ciudad que no conozco, y esto es lo más importante, alguien ha abandonado un tupper lleno de arroz para que el primer hambriento que pase se alimente de esperanza, en lugar de arrojárselo a la cabeza.


Arroz y una nota

lunes, 29 de octubre de 2012

Pinchazo

Si España fuera una rueda.... (del blog www.clubgr10.es)

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 13 de septiembre de 2012

Escucho una voz. Dice que para empezar a correr tenemos que cortarnos las piernas. Y yo, que voy en carretera, me pregunto cuánta distancia sería capaz de recorrer si a mi coche le quitaran las ruedas de repente.
 
Escucho una voz. Es Mariano Rajoy, claro, le están entrevistando en Televisión Española y sus palabras se cuelan en mi coche a través del dial de la radio. Mariano Rajoy no ha dicho exactamente que tenemos que amputarnos las piernas, pero eso es lo que le he entendido yo conduciendo por la meseta, con el sol de frente, deslumbrándome mientras se esconde detrás de un cartel. «Para crecer y crear empleo, tenemos que reducir el déficit», es la frase de Rajoy.
 
Rajoy, justo antes de la entrevista. 10 de septiembre. (Foto SUSANA VERA. REUTERS)
 
Y me dan ganas de dar la vuelta, conducir hasta Madrid, detenerme en el aparcamiento de Televisión Española, pedir permiso para entrar en el plató donde le están entrevistando y preguntarle al presidente —porque tengo algunas preguntas quemándome en la boca y nadie se las está formulando— ¿cómo diablos, señor Rajoy, piensa usted reducir el déficit si el Gobierno ingresa menos? ¿No se da cuenta, señor Rajoy, de que el Gobierno ingresa menos porque hay menos gente que paga impuestos? ¿No se da cuenta, señor Rajoy, de que hay menos gente que paga impuestos porque hay más gente en el paro? ¿No ve que hay menos gente trabajando, menos trabajadores cotizando a la Seguridad Social, sosteniendo el sistema de pensiones, y cada vez más parados cobrado prestaciones, porque sus recortes están ahogando la economía, están asfixiando el crecimiento, están aumentando el desempleo? ¿A dónde nos está llevando, señor Rajoy? ¿En qué abismo nos está metiendo? ¡¿Pero cómo pretende crecer si nos está amputando las piernas, correr si nos está quitando las ruedas, volar si nos ha cortado usted las alas, señor Rajoy?!
 
De verdad, me dan ganas de dar la vuelta en el siguiente cambio de sentido para ir a cantarle a Rajoy las cuarenta en bastos. ¿No se da cuenta, acaso?
 
Y en eso voy pensando, en preguntarle todo eso al presidente del Gobierno, cuando noto que el volante se me va de las manos y tengo que hacer un esfuerzo para aparcar el coche en la cuenta porque he pinchado.

jueves, 18 de octubre de 2012

Será mejor que te calles

Niebla y raíles

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves, 6 de septiembre de 2012


Será mejor que te calles, escribe Juan Carlos Mestre en un poema de su último libro, La bicicleta del panadero. Y está hablando del trauma de la guerra, de la nuestra, que todavía nos empozoña la memoria.
 
Y nos la empozoña porque nadie debería discutirle una calle en Ponferrada a una mujer embarazada y a su hijo de tres años, asesinados hace setenta y seis años, y sin embargo lo hacen. Ya lo dije la semana pasada y lo vuelvo a decir esta, precisamente porque sé que hay gente, demasiada, que no le gusta que lo repita. Será porque los dejo en evidencia.
 
Será mejor que os calléis, porque no es el momento de protestar, parece que les esté diciendo Victorino Alonso a los trabajadores de sus cielos abiertos, que sacan carbón, pero no son mineros, y llevan quince días en huelga porque el empresario les quiere recortar los sueldos.
 
Será mejor que no te quejes, le dicen al funcionario, aunque le hayan quitado la paga extra, a quien conserva su empleo, aunque le haya reducido el sueldo, al que contratan por un sueldo mínimo y hace más horas de la cuenta, porque le están dando trabajo, que es un derecho, no una limosna.
 
Será mejor que trabajes, le dice el Gobierno al parado que no encuentra empleo, convencido de que no lo busca con suficiente interés y prefiere quedarse en su casa con cuatrocientos euros al mes.
 
Será mejor que no hables. Será mejor que no escupas al aire. Será mejor. Será. Será mejor que te calles. No vaya a ser que haya alguien a quien no le guste lo que dices.
 
Parece que la crisis lo justifique todo, que debiéramos aceptarlo todo, asumirlo todo, incluso que todos somos culpables de lo que nos pasa —del déficit del Estado, de la desconfianza que genera nuestra deuda soberana, del recorte del crédito, de los temblores del euro— por haber vivido durante los últimos años por encima de nuestras posibilidades, cuando los verdaderos responsables de tanto despilfarro, de tanta especulación, de tantos ladrillos en el aire, son los mismos que ahora nos piden que nos apretemos el cinturón.
 
Que se callen ellos.

Sin cabeza

De la web periodistas.org
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 30 de agosto de 2012


Afganistán, 26 de agosto. Diecisiete aldeanos, quince hombres y dos mujeres, aparecen decapitados en una zona de la provincia de Helmand bajo control de los talibanes. Culpables de haber asistido a una fiesta.
 
No nos movemos de Afganistán, la tierra del polvo rojo y los ríos de meandros semicirculares entre las piedras. Verano del 2012, también. Una familia de pastunes se niega a cumplir la tradición tribal de asesinar a su hija violada por un pariente. La joven había sido secuestrada por un grupo de policías y entregada a su agresor, que la tuvo encadenada a una pared durante cinco días para golpearla y abusar de ella y vengar de esta forma una afrenta al honor —lo que él entiende por honor— cometida por un primo lejano de la víctima. Y me pregunto si este es uno de los casos a los que se refiere el lamentable congresista republicano Todd Akin cuando habla de «violaciones legales» y qué clase de mierda tienen algunos tipos en la cabeza.
 
Seguimos en Oriente. India. El mismo día de agosto en que decapitan a los 17 afganos en Helmand, una banda de jóvenes armados le corta la cabeza a un vendedor de dulces de 37 años delante de los pasajeros de un tren al norte de Calcuta. La policía achaca el suceso a un ajuste de cuentas.
 
Nos acercamos. Córdoba. A la vez que un grupo de talibanes decapita a 17 personas en Helmand y un grupo de jóvenes armados le corta la cabeza a un vendedor de dulces al norte de Calcuta, se conoce un informe forense que resuelve la desaparición de dos niños. El informe deja en evidencia al padre, acusado de secuestrar, matar y quemar a sus dos hijos, y a la policía científica, que hace once meses fue incapaz de confirmar que los huesos calcinados encontrados en la finca de La Quemadilla —hasta el nombre parece una broma cruel— eran humanos. Y no me pregunto lo que tiene ese padre en la cabeza. Está claro.
 
La Victoria de Samotracia de Ponferrada, con el castillo al fondo.
(Foto. lamemoriaviva.files.wordpress.com)
 
Llegamos a la conclusión de todo esto. Ponferrada, el 23 de agosto de 1936. Un grupo de falangistas armados, fanáticos de los ajustes de cuentas, asesina a una mujer embarazada y a su hijo de tres años. Su delito, ser la familia de un huido al que no pueden coger. Pasan 72 años, exhuman los cuerpos. Se conocen los detalles del brutal asesinato. Pero cuatro años después, el Ayuntamiento sigue rechazando la propuesta de recordar sus nombres con una calle. El argumento, que todas las víctimas, de cualquier tipo, del terrorismo y de Franco, ya tienen su homenaje en el mismo monumento. Estamos hablando de la Victoria de Samotracia, una reproducción de una estatua griega, esculpida para conmemorar una batalla, que se conserva sin cabeza. Será para no ver el horror —y no hace falta irse a Afganistán, ni a la India, ni a la finca de La Quemadilla— que tenemos más cerca.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Dragones en el bosque

Fotografía de ARTHUR MORRIS. Le ofrezco un cuento en su blog, a cambio.
www.birdasart-blog.com

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 23 de agosto de 2012
 
 El viento, que es muy caprichoso, arrastró las cenizas del incendio de Castrocontrigo hasta las aceras de La Bañeza. En Trobajo del Camino, oscureció a las cuatro de la tarde y tuvieron que encender las farolas en el polígono industrial porque una nube procedente de la Valdería y la Valduerna escondió el sol después de la sobremesa. Los turistas fotografiaban la catedral, de piedra blanca, rodeada de negrura. Y el cielo tenía un aspecto apocalíptico.
 
Eso fue el lunes.
 
El martes, el viento, que no se deja domar, avivó el fuego entre los pinares cuando ya parecía fatigado, escribían los redactores de este periódico que les están contando cómo se propaga el mayor incendio forestal que ha sufrido la provincia de León en su historia. Un perímetro de cuarenta kilómetros cuadrados. Diez mil hectáreas calcinadas hasta quedar controlado, más, mucho más, de lo que se quemó en toda la provincia en todo el año pasado. Y mil personas trabajando para sofocar las llamas. Doce aviones. Diecisiete helicópteros. Quince camiones autobomba. Catorce bulldozer para abrir cortafuegos. Un ejército armado con mangueras y extintores, azadas y batefuegos, vestidos de verde y amarillo ignífugo, y de rojo brillante, turnándose para trabajar también por la noche.



 
La altura de las llamas ha llegado a ser de espanto. Lenguas de fuego de hasta 50 metros de alto han salido del bosque en Tabuyo del Monte como si hubiera un dragón escondido entre los abetos. Y no hay carretera, ni hay camino, ni hay río que lo corte si el viento no amaina.
 
El fuego de la Valdería y de la Valduerna es lo que le faltaba a esta provincia, con la minería estrangulada por un nuevo recorte del 45 por ciento de la producción, con la industria eólica prácticamente desmantelada y sin alternativas industriales de relevancia. El vidrio de Cristalglass, paralizado. El acero de Roldán, renqueante. Las azucareras, en retroceso. El ladrillo, desaparecido. La pizarra, entrando en la reserva. Y el turismo, la eterna esperanza, que no despega como debiera.
 
Nos estaban condenando a volver al campo, a volver a la huerta, a la siembra del trigo y del centeno, a los rebaños de ovejas, a las colmenas de miel, y a la resina, a la manzana y a las cerezas. A la matanza del cerdo. A la leche de vaca. Y la carne de ternera. A la cecina y a la manteca.
 
Nos estaban condenando a hacer la maleta.
 
Ahora sabemos que si finalmente tenemos que marcharnos, porque esta tierra ya no da para todos, encima lo haremos quemados y con el pelo cubierto de ceniza. Salvo que el viento, que es muy cambiante y muy caprichoso, nos sacuda un poco cuando cerremos la puerta.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Dentro de cuatro minutos

El tiempo en las manos. Del blog www.danyelon.wordpress.com
 
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 16 de agosto de 2012
 
Tengo un reloj en el pasillo de mi casa. Alguno pensará que estoy obsesionado con el tiempo, siempre hablando de relojes. Me da igual. El tiempo es una invención del hombre y los relojes no miden nada. Quizá por eso, y porque nunca le he puesto pilas, el que tengo en mi casa nunca se había movido de las doce.
 
El reloj está colgado en la pared, como en las estaciones, y es lo primero que ven los invitados cuando cruzan la puerta, o los vecinos curiosos, o el cobrador del gas, el de la luz, el del frac... Miento. Nunca he tenido al cobrador del frac en la puerta de mi casa. Mientras no me falle la nómina, voy pagando mis deudas y tengo domiciliada la luz, el gas, la hipoteca, la letra del coche (no, esa ya la pagué), el crédito que pedí cuando compré las cortinas y cambié los armarios, y la comida del perro, no saben cómo traga.
 
Así que tengo mis cuentas en orden y el reloj de dos esferas que decora el pasillo de mi casa sin pilas. Y por eso, porque nunca ha medido nada, me asustó tanto lo que descubrí hace un rato. Yo salía del piso con las llaves en la mano y miré hacia el reloj. La esfera que se ve desde el interior del pasillo marcaba las doce, como siempre, y no le hice mucho caso, pero cuando estaba a punto de llamar al ascensor, recordé que había olvidado al perro y di la vuelta.
 
Giré la llave. Abrí la puerta. Y ante mí, la esfera que se encuentran los invitados, los vecinos curiosos y los cobradores de facturas sin domiciliar, no marcaba las doce. No. La aguja más grande, la de los minutos, se había movido y señalaba las doce menos cuatro minutos.
 
Me quedé pasmado. Sonó el teléfono. Eran del banco. Me querían ofrecer otro crédito para amueblar el baño. Les dije que no, claro. No encontré al perro en toda la casa y bajé a la calle a buscarlo. En el ascensor, una vecina hablaba con su marido de cambiar el coche. «Ya tiene seis años», le decía. En el portal, el mismo agente inmobiliario que me vendió el piso -yo le creía en el paro- le iba diciendo a un comprador que el ladrillo nunca baja. Y en el parque, después de cansarme de buscar al perro, me senté en un banco y leí el titular de un periódico en el quiosco. «Zapatero anuncia en el Congreso que congela las pensiones y baja el sueldo a los empleados públicos», ponía. «El presidente asegura que el recorte será gradual para no comprometer la recuperación económica». Y miré la fecha horrorizado: 12 de mayo de 2010.
 
Eso fue hace un rato. Ahora estoy sentado debajo del reloj, en el pasillo de mi casa. He movido a mano las agujas de la esfera que da a la puerta y marcan las doce y cuatro. Y estoy esperando a que suene el teléfono. O ladre el perro que me regalaron el año pasado. A ver si escampa.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Imperfecto

EIDER ASTRAIN. "Vistiéndose".

"Cuando por fin encontré a una mujer que merecía la forma en la que estoy dispuesto a querer a una mujer, me dí cuenta de que era tan perfecta que nunca me enamoraría", le confié de madrugada. Y ella se levantó de la cama, celosa, y mientras se vestía, me dijo que habíamos terminado.

martes, 4 de septiembre de 2012

Robar para dar de comer

Carrito lleno.
 
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 9 de agosto de 2012
  
Robar para dar de comer. Es lo que ha sucedido en Sevilla, en una acción de protesta dirigida por un diputado de Izquierda Unida, carismático entre su gente, el alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo.
 
En el Gobierno, y en el PSOE también, se han echado las manos a la cabeza después de que un grupo de jornaleros de un sindicato andaluz, organizados por Sánchez Gordillo, haya cargado los carritos con comida en dos supermercados y se hayan marchado sin pagar para repartir los alimentos en barrios de Sevilla.
 
Temen, sin duda, que la acción de protesta, el robo, o el acto delictivo —caben todos los nombres— organizado por el sindicato de Sánchez Gordillo, se contagie y empecemos a ver a ciudadanos condenados a la indigencia, quizá a esos inmigrantes en situación irregular que no pueden pagar 710 euros para que les atienda la sanidad pública, o a los que dejan de percibir las mal llamadas mamadurrias, el último dinero público cuando se acaba la prestación por desempleo, o a los que ya no sostiene ni la economía sumergida de este país —que tanto va a crecer cuando suba el IVA— organizándose también y robando para comer.
 
Ahora pueden quedarse ustedes con el robo, con el acto delictivo, que lo es, y pensar que Sánchez Gordillo, el agitador, merece ser detenido. O pueden ir un poco más lejos. Dejar a un lado lo políticamente correcto. Pensar en lo que hay detrás de todo eso y por qué ha llegado a suceder algo así. Quiénes están pagando la crisis. Quiénes son los responsables de esta crisis. Quiénes nos han metido en una crisis más profunda con el argumento de que iban a sacarnos de ella.
 
Y carrito vacío, claro
 
 
Pregúnteselo, por favor. Y piensen si algo así, un asalto a un supermercado, no puede acabar sucediendo, por ejemplo, en las cuencas mineras de la provincia de León, donde ya hemos sido testigos de otros actos de desobediencia civil, por no decir de abierta rebelión, cuando los piquetes de mineros han cortado carreteras, han volcado camiones con carbón importado y se han enfrentado a los antidisturbios.
 
Y pueden quedarse ustedes con la alteración del orden, con la desobediencia a la autoridad, con la agresión, que lo es. O pueden ir un poco más lejos. Pensar en qué ha empujado a los mineros a hacer todo eso y quién ha puesto a tanta gente contra las cuerdas.
 
Y por supuesto, que detengan a Juan Manuel Sánchez Gordillo y a todos los jornaleros, porque nadie está por encima de la ley. Que multen a todos los mineros que tiraron piedras a la Guardia Civil y cortaron carreteras y derramaron carbón en el asfalto. Y si todo eso cambia algo. Si todo eso resuelve algo. Si esa es la solución, adelante. Pero que nadie se vaya de rositas.

lunes, 27 de agosto de 2012

Relojes parados

Bodega de Joaquín Lence en Cacabelos. Los relojes, sobre la repisa.
(Foto del autor de este blog)

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 2 de agosto de 2011

Joaquín Lence tiene una hilera de relojes en su bodega de Cacabelos. El lugar donde sirve vino blanco de cosecha es un antro oscuro, lleno de telarañas, una foto de Franco, un cartel de Lenin en la misma pared, un ataúd para que lo entierren cuando muera, y una calavera que parece de verdad.

Ya les hablé de Joaquín y de su bodega hace unos días, en otro hueco de este periódico, así que no me repetiré explicándoles quién es, qué hace, por qué encuentra respuestas para todo y de dónde le viene esa extraña lucidez con la que responde al forastero cuando el humor le acompaña. Les recomiendo que se dejen caer por Cacabelos y pregunten por él. Y les desafío, además, a descubrir su misterio, a ver si tienen más suerte que yo.

Joaquín Lence es de carne y de hueso, aunque a ratos no lo parezca, pero la bodega que regenta en una calleja de Cacabelos —y aquí es donde quería llevarles— parece salida de un cuento de Borges. O de Cortázar. O de Lovecraft. O de Poe. O de todos ellos a la vez.

Y me lo parece por esa hilera de relojes quietos. Relojes sin cuerda, cubiertos de polvo, sobre un mueble desgastado en la penumbra de la bodega, que despertaron mi curiosidad. «Eran de mineros», me dijo Lence cuando le pregunté hace unos días. «Y como ellos, están parados».

Mientras les escribo estas líneas, los mineros, o más bien su patronal y sus sindicatos, están negociando con el Gobierno el final de una huelga de dos meses. Sesenta y seis días de conflicto por los recortes en las ayudas a las empresas, con una Marcha Negra por el medio que encendió la mecha de las protestas de otros sectores cuando llegó a Madrid, con cortes de carretera y cargas de antidisturbios y relevos de mineros encerrados en el pozo de Santa Cruz. 

La Marcha Negra dejó su propia cartelería.

Al final, lo que parecía una guerra de guerrillas ha sido una guerra de desgaste. Y mucho me temo que la parte que más se ha desgastado —ahora que el Gobierno ha decidido reabrir el diálogo reconociendo como interlocutor a la Comisión de Seguimiento del Plan del Carbón, a la que había estado ninguneando— es la de los mineros, los que caminaron a Madrid en medio del verano, los que estuvieron y todavía están encerrados en un pozo, los que arrancaban quitamiedos en las autovías para interrumpir el tráfico y lanzaban piedras a los antidisturbios.

Mucho me temo que el mayor desgaste también es el de sus esposas y el de sus hijos, que han estado a su lado.

Mucho me temo que una vez más, como ya ha sucedido otras veces, de la mesa de diálogo sólo salga un apaño para que unos y otros salven la cara, empezando por la clase política que dice representarnos. Y la única realidad es que los relojes de la mina seguirán parados, cubiertos de polvo en la penumbra de un despacho. Y nadie les va a dar cuerda.


Otro cartel de una protesta emotiva que no conmovió a nadie en La Moncloa


LAS AGUJAS DE LOS RELOJES


Entre el momento de publicar está opinión en Diario de León y recopilarla en este blog, han pasado 25 días. Al escribir esta nota, un 27 de agosto de 2012, la huelga ha terminado, el Gobierno no sólo mantiene los recortes en las ayudas a las empresas, sino que ha decidido recortar también la producción. Los relojes de la mina no están parados. Están yendo hacia atrás...

miércoles, 22 de agosto de 2012

El punto final

José Luis García Herrero, con los pies descalzos,
 en brazos de su padre, Juan García Arias.

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 26 de julio de 2012

José Luis García Herrero se ha ido con su padre. Se ha ido a un lugar entre la nada y el cielo, que es donde vamos todos cuando dejamos de ser.

Hijo del último alcalde republicano de Ponferrada, fusilado en una tapia de León a comienzos de la Guerra Civil, José Luis García Herrero —que fue sociólogo, ensayista, poeta, directivo de Endesa y estuvo a punto de convertirse en senador por el Partido Comunista— vivió marcado por la muerte de su padre, Juan García Arias. Por algo tituló Palabras contenidas uno de sus libros de versos. Y por algo esperó al final de su vida para mostrar la carta desgarradora que su padre le escribió a su madre desde la cárcel de León, después de la farsa del juicio sumario que le condenó a muerte.

A los 18 años, y siendo un proyectista de obra civil, García Herrero se encontró de frente con el hombre que había detenido a su padre. «¿Tú eres el capitán Losada? Yo soy el hijo del que fue alcalde de Ponferrada», le soltó durante la inauguración del pantano de Bárcena. Y hace un año, contaba que Losada, una de las figuras de la represión en el Bierzo, se quedó pálido, hizo un gesto raro y respondió afirmativamente antes de pedirle que se apartara.

Al hijo del alcalde fusilado ya le había interrogado la policía cuando apareció por Ponferrada. Le preguntaron a qué había venido. «A trabajar», les respondió. Después de aprobar unas oposiciones en el Instituto Nacional de Industria, esta ciudad desde donde les escribo no era el mejor lugar para ser destinado. En Ponferrada vivían diez o doce personas que podían crearle problemas. Personas que «por dejación, por tener los ojos cerrados, o por pistoleros, por llevarse a la gente al Montearenas y a otros lugares para matarlos» desconfiaban de él. En aquellos años, el joven García Herrero, que nunca buscó venganza, leía clandestinamente Mundo Obrero «antes de quemarlo en el jardín» y sufría registros domiciliarios de madrugada. Le ponían la casa patas arriba y de los nervios, le salió una úlcera de estómago.

Reviso una vieja fotografía de José Luis con su padre. García Arias sostiene a su hijo en pantalones cortos, descalzo. Recuerdo a ese mismo niño convertido en un anciano, vestido con un chándal en su casa de Ponferrada, mientras le entrevistaba el verano pasado, al cumplirse 75 años del fusilamiento. «Cuando deje de ser/ esto que apenas soy/ no vayáis a mi lecho a poner flores/ no digáis las palabras aprendidas/ no alteréis vuestro ritmo/ y compostura (...) Todo ha de ser así/ como ha sido/ sencillo, elemental, incomprensible,/ un acto intrascendente,/ una broma pesada de la vida», escribió una vez en un poema que tituló El punto final. Y me consuelo pensando, creyendo, deseando, que José Luis García Herrero haya muerto con la serenidad que le robaron a su padre.

lunes, 20 de agosto de 2012

Parábola del gallinero

A poner huevos. Del blog www.cuentosfabulasmitosyrelatos.blogspot.com


CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 19 de julio de 2012

Imagínense que España es una granja de gallinas que ponen huevos de oro. Imagínense que cada gallina pone diez huevos de oro al día y el granjero que las cuida, entusiasmado, empieza a comprar a diario productos que valen el equivalente de veinte huevos por cada gallina ponedora que tiene a su cargo. Los paga a crédito, claro.

Pero imagínense que al granjero le piden, de repente, que salde la deuda que ha estado acumulando porque ha crecido demasiado y los acreedores temen que no sea capaz de pagarla.
Horror.

Supongo que no les cuesta nada imaginarse al granjero, que es un poco bruto, exprimiendo a las gallinas de los huevos de oro, que somos todos nosotros, para que en lugar de diez huevos, nos salgan a cada gallina veinte huevos por el ojete.

Imagínense, claro, lo que pasa a continuación. Las gallinas, asfixiadas, ponemos sólo cinco huevos y los acreedores del granjero montan en cólera.

Imagínense la reacción del granjero, que ya les he dicho que es un poco bruto. En lugar de pedir más tiempo a sus acreedores para que las gallinas podamos recuperarnos del susto, sigue apretándonos por el cuello para que pongamos más huevos, hasta dejarnos sin aire, sin huevos, sin oro en las tripas, estranguladas en el corral.

Hay que ser bastante bruto, señor granjero-Rajoy, para no darse cuenta de que nos está apretando tanto a las gallinas que hemos puesto menos huevos.

Hay que ser bruto del todo, señor Rajoy, para no ver que si nos sigue apretando, se habrán acabado los huevos, se habrán acabado las gallinas y no quedará nadie en el gallinero, nadie señor Rajoy, para pagar la deuda: ni mineros del carbón, ni maestros de la escuela pública, ni bomberos, ni funcionarios de la Administración, ni policías, ni autónomos, ni asalariados, ni emprendedores, ni obreros, ni pequeños empresarios, ni compañías de teatro, ni exhibidores de cine, ni actores, ni clase media, ni universitarios, ni periodistas para contarlo.

Está siendo tan torpe con su política de recortes, señor Rajoy, que lo único que se me ocurre es que en realidad no sea usted el granjero que creemos, el que nos daba pienso a las gallinas del gallinero, sino un empleado de los acreedores, que le han embargado la casa, el coche y el tractor al verdadero granjero. Y como no entiende nada de gallinas, ni de huevos, ahora quiere estrangularnos a todos para sacarle el último rendimiento a la carne de gallina y hacer un caldo con nosotros.

Y ahora gallinas de España, gallinas ponedoras de huevos de oro, gallinas silenciosas, gallinas cogidas del gaznate por el falso granjero, cacareemos todas a coro, antes de que nos falte el aire.

martes, 7 de agosto de 2012

Coraje

La Marcha Negra en Madrid, la noche del martes 10 de julio de 2012
Del blog www.tierraylibertadmojacar.blogspot.com.es


CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 12 de julio de 2012

Ayer fue un día de palmas. Palmas en el Congreso y palmas en La Castellana. Palmas de los diputados del Gobierno, ovacionando a Rajoy. Y palmas de los simpatizantes de la Marcha Negra, aplaudiendo a los mineros.

Las palmas de los diputados (del Gobierno) aplaudían el «coraje» del presidente, y esa es la palabra que emplearon, por atreverse a anunciar el ajuste más duro de nuestra historia democrática aún a costa de incumplir sus promesas electorales. Todo por el bien de España. A que les suena...

Las palmas que animaban a los mineros ayer en La Castellana reconocían otro tipo de coraje. Habían empezado la noche anterior en Ciudad Universitaria. Habían continuado bajo el Arco de la Victoria (la de Franco). Y habían seguido en la calle Princesa y en la plaza de España, en la Gran Vía y en la calle de Alcalá, hasta reventar en la Puerta del Sol, el epicentro de todas las quejas, donde a las dos de la madrugada de un día laborable, una multitud aguardaba la llegada de la mancha de luz que formaban los mineros para envolverles en aplausos.

No exagero.

Había admiración en esos aplausos. Eran los aplausos de sus familiares y de sus paisanos, por supuesto. Pero también, de los bomberos de Madrid, que se habían puesto su propio casco. De los indignados del 15M, de los funcionarios -y aún no sabían que unas horas después se quedarían sin la paga extra de Navidad-, de los profesores de la escuela pública, vestidos con camisetas verdes, de los anarcosindicalistas de la CGT, que también clamaban contra los sindicatos mayoritarios, de los estudiantes que reciben una beca y pueden perderla, de los enmascarados de Anonymus y de ciudadanos sin nombre que se echaron a la calle, retrasando la hora de acostarse, para no perderse el paso de doscientos mineros que hace dos semanas empezaron a caminar defendiendo la dignidad de su trabajo y han acabado convertidos en un símbolo contra los recortes.

Está claro que esta crisis es una cuestión de co...razón y de co...raje.

El que le falta al Gobierno por no tener la dignidad de reunirse con los mineros después de la marcha. Y el que le falta a Rajoy, -como ya le faltó a Zapatero, no se engañen- para defender su programa a contracorriente de Europa. O para admitir que se han equivocado con el carbón. Y que han metido la pata con la deuda y con el crecimiento, porque difícilmente se puede reducir el déficit si cada vez hay menos ingresos porque hay menos contribuyentes que paguen impuestos, y difícilmente se puede crear empleo si la gente consume menos.

Eso, y no recibir una ovación de sus palmeros después de reconocer que hemos perdido nuestra soberanía económica, sería una verdadera lección de coraje.

jueves, 2 de agosto de 2012

Tres tiempos y una calavera

Joaquin Lence, junto a "su" ataúd en su bodega de Cacabelos.
Foto del autor de este blog.

PAISANOS
Diario de León. Suplemento Revista. Domingo 15 de julio de 2012

Joaquín Lence tiene una bodega en Cacabelos. Pero no es una bodega cualquiera.

El forastero que se atreve a entrar a tomar un vino allí se encuentra, de sopetón, con un ataúd apoyado contra una pared.

—¿Para qué tiene ese ataúd ahí, Joaquín?

—Para mí.

Y responde seco mientras lava unos vasos en un fregadero.

La bodega de Joaquín es casi un museo. Colas de zorro y patas de jabalí cuelgan del techo. En un rincón tiene una calavera. Parece de verdad.

—¿Y de quién es esa calavera que tiene ahí, Joaquín?

Y Joaquín se prepara para lucirse.
—Si quiere saber a quién pertenece, se lo diré con exactitud. Esa calavera tiene tres tiempos. Un presente, un pasado y un futuro. Sobre su pasado no tengo ni idea. Sobre su futuro, no tengo ni p... idea. Y sobre su presente, le diré lo mismo que le dije con el ataúd: me pertenece a mí.

Y Joaquín sirve dos vinos blancos. El periodista, ingenuo, sigue preguntando.

—¿Y usted donde nació Joaquín?

—No nací en Cacabelos. Nací donde el ciervo es señor y el señor es más señor, que no queda muy lejos de aquí.

—¿Y por dónde cae eso?

—En la pequeña Compostela.

Y la pequeña Compostela, para los que no sean del Bierzo, es Villafranca, el único lugar del Camino de Santiago donde los peregrinos, si están enfermos, pueden ganar el Jubileo. Pero la bodega de Joaquín Lence tiene más secretos.

—Joaquín, ¿por qué tiene Franco y a Lenin juntos en la pared?

Y Joaquín, que debe tener unos ochenta años, pero no quiere decir su edad verdadera, y quizá regente la bodega más vieja del Bierzo, abierta «desde hace más de cien años», por fin tiene un detalle con el periodista.

—Esa es una buena pregunta.

Pero se lo piensa un poco antes de responder.

—¿Por qué Joaquín?

—Porque la mitad del pueblo de Cacabelos es rojo y la mitad es falangista. Cuando hablaba bien de los rojos, me pegaban los falangistas. Y si hablaba bien de los falangistas, me pegaban los rojos. Así que los junté a los dos.

Y el que pregunta sigue mirando a la bodega en penumbra, ahumada, y hay que decir la verdad, con alguna que otra tela de araña difuminada en la oscuridad. El ataúd, sin duda, no desentona. Y sobre un mueble desvencijado, reposa una hilera de relojes.

—¿Y esos despertadores, Joaquín?

Joaquín tiene entonces el mejor gesto de la conversación.

—Eran de mineros, pero como ellos, están parados....

Y el vino blanco que sirve tiene el sabor de un extraño elixir.

miércoles, 25 de julio de 2012

El falso nueve

Otro España-Italia, cuando el fútbol empezó a ser deporte de masas

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves, 5 de julio de 2012

Tenemos a los mineros de la Marcha Negra en Arévalo. Y al ministro de Industria enrocado en los recortes.

Tenemos un encierro en Vitro Cristalglass. Y al consejero de Economía diciendo que no puede hacer más por la empresa de cristal porque su dueño no tiene voluntad de seguir adelante.

Tenemos un ERE en Roldán, la acerera. Tenemos a la cementera de Cosmos quemando biomasa. A la gente volviendo la vista al campo, pensando en plantar tomates para no tener que ir al supermercado a comprarlos.

Tenemos una industria eólica diezmada. El proyecto de una macroempresa cárnica que no acaba de arrancar en Cubillos. Y una burbuja inmobiliaria reventada en pleno barrio de La Rosaleda.

También tenemos un alcalde violentado en la terraza de un bar. A la presidenta de la Diputación desalojando a los mineros del salón de plenos porque no se callan. No. No se aguantan. Y los nervios cada vez están más crispados.

Tenemos un senador expedientado, no por romper la disciplina de voto, sino porque en su partido consideran que se ha jactado de ello.

Tenemos dos senadores más, disciplinados, y tres diputados. No, no los tenemos. Los tiene el PP en realidad. Porque al final es a quien representan.

Tenemos cortes de carreteras. Antidisturbios peinando los montes. Mujeres organizando sentadas nocturnas, iluminadas por velas.

Y tenemos, no lo olvidemos, a siete mineros encerrados en un pozo. Llevan un mes y medio bajo tierra. Eso son seis semanas. Cuarenta y cinco días. No me atrevo a sumar las horas que son. Son demasiadas. Es demasiado todo lo que está pasando en el Bierzo este verano. Y quienes tienen en su mano hacer algo para remediarlo no están haciendo nada.

Ya puede arder Valencia, que hay quien no se pierde el último partido de la selección. Porque eso es lo único que tenemos: la Ponferradina en Segunda División. Un falso nueve que nos está marcando todos los goles sin saltar al campo. Y la urgente necesidad de levantar cabeza. Porque no tenemos a nadie, salvo nosotros mismos, que nos ayude a salir de esta.

lunes, 23 de julio de 2012

Instrucciones


"Llega el primer avión al aeropuerto de Castellón", titula  irónicamente el diario
Las Provincias (18 julio de 2012)  un mes después de aparecer este artículo, informando
de la colocación de la última pieza de la escultura de Ripollés. Foto, LORENA TORTOSA

CUARTO CRECIENTE
Diario de León, Jueves 28 de junio de 2012

Salvemos las autopistas de peaje. Evitemos la quiebra de cientos de kilómetros de asfalto. Subvencionemos a todas esas empresas concesionarias que no han obtenido el rendimiento que esperaban para evitar que se hundan.

Reabramos el aeropuerto de Castellón. Cuanto antes. Es una cuestión de imagen. Programemos vuelos low cost si fuera necesario, donde los pasajeros tengan que viajar sin equipaje para hacerlo rentable, y tengan que pagar por la coca cola y los cacahuetes durante el viaje.

Lo de la banca ya está encarrilado. Neguemos que la subida del IVA esté relacionada con el rescate. Perdón. Evitar siempre la palabra rescate. Usar mejor la expresión línea de crédito. En esto hay que darle la vuelta al calcetín, como hacen los mineros de la Marcha Negra para que no les rocen los zapatos, y convertir un fracaso en un triunfo semántico. Si hace falta, retorcemos el lenguaje.

Acuarela de ENRIQUE LÓPEZ sobre la llegada de la Marcha Negra a Madrid

Olvidemos el carbón. Ni mencionarlo. El carbón está muerto y enterrado. Nuestra prioridad es la banca y las empresas que viven del peaje de las carreteras. Así que mejor cambiar la expresión del calcetín del revés por la vuelta a la tortilla cuando hablemos de las ayudas a los bancos en las reuniones internas, no vaya a ser que alguien lo acabe asociando sin querer con la Marcha Negra y tenga algún lapsus en una rueda de prensa.

Y multemos a ese senador por León que se ha atrevido a romper la disciplina de voto. En este partido nadie vota en conciencia, salvo que la conciencia sea colectiva y no individual. Y la conciencia colectiva dicta que hay que apoyar a Rajoy en todo, aunque se equivoque con el carbón. Por descontado, habría que premiar con un cargo a esa senadora que ha dicho que su voto no es suyo, sino del partido por el que se presentó.
Finalmente y como conclusión, neguemos siempre que estemos huyendo hacia delante. Hay que transmitir seguridad, aunque por dentro estemos temblando de miedo por lo que sucede con la prima de riesgo.

Y ahora, memoricemos todos este memorándum y luego rompamos el papel, no vaya a ser el diablo que caiga en las manos de algún periodista del Diario de León. Y luego lo publique.

miércoles, 18 de julio de 2012

Quijotes y traidores


Pintura de VANIA YUNUSIC

CUARTO CRECIENTE
Diario de León, Jueves 21 de junio de 2012

Hoy me he propuesto no escribirles de los tres senadores del PP. Ni de los tres diputados del PP. Ni de los 19 concejales del PSOE que se enceraron en los ayuntamientos hasta ayer. Decidan ustedes quienes son los héroes y los traidores en el conflicto que mantiene el carbón con el Gobierno.

Decidan si están justificados los cortes de carretera, las batallas contra los antidisturbios, los camiones atravesados, los atascos, y también, todo hay que contarlo, los primeros conductores heridos en Asturias, después de estrellarse contra alguna barricada de árboles talados, o los reproches al alcalde de Ponferrada, acorralado en un bar, ayer por la mañana.

Recuerden, en cualquier caso, lo que se están jugando. Un puesto de trabajo en una España intervenida —o casi— con cinco millones y medio de parados y un sistema financiero convertido en un agujero (negro) donde desaparecen miles de millones de euros.

Decidan si la protesta es proporcionada. Si hay motivos para la esperanza.

No se olviden de que además de los cortes de carretera, hay mineros encerrados en el pozo, mujeres expulsadas del Senado, una huelga indefinida y una marcha negra fraguándose, como las tormentas de verano.

Decidan si hay formas de protestar más efectivas. Decidan si tienen alternativas.

Y decidan lo que decidan, no se olviden de valorar lo que están haciendo los políticos por ellos. Procuren, por si acaso, no dejarse engañar por gestos vacíos y palabras altisonantes que luego tienen poco peso. No pasen por alto que la política en la España del turno de partidos funciona siguiendo la teoría de los vasos comunicantes: los que hoy están quejándose, mañana se esconderán debajo de una piedra. Y viceversa. Y los que se rebelan, acaban aplastados por la piedra donde no quieren esconderse.

Y con todo esto fórmense una opinión cabal de lo que pasa. Juzguen ustedes mismos hacia dónde nos lleva. Y encuentren la razón de la sinrazón que a su razón se hace, a ver si entre todos somos capaces de introducir un poco de cordura en esta novela de caballerías.



Carbón y circo

Pintura de MANUEL L. ACOSTA
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 14 de junio de 2012

No soy socialista. No soy popular. No soy comunista. No soy nada, la verdad. Sólo un periodista que está deseando decirle lo que piensa.

Y pienso, señor Rajoy, que el domingo pasado ofreció usted una imagen lamentable. Pienso que podía haber visto el fútbol en su casa, o en La Moncloa, donde nadie pudiera fotografiarle cantando el gol de la selección española en el partido inaugural de la Eurocopa estando la banca intervenida, cinco millones largos de personas en el paro, y los mineros en la calle, y en las carreteras, y en el pozo, y en un despacho de la Diputación de León, porque se quedan sin trabajo.

Alguien debería decirle, señor Rajoy, que el día del rescate de nuestros bancos, un presidente no puede comportarse como un forofo, afirmar que todo está solucionado con una «línea de crédito» y marcharse a Polonia para sentarse en un palco a disfrutar del espectáculo.


Rajoy canta el gol de Cesc. Tomada de http://www.elpais.com/
Foto de ALEJANDRO RUESGA

Está mal asesorado. Debería haber aceptado el casco que le dejaba en el Senado el oportunista de Iban García del Blanco. Debería haber escuchado lo que le decía, en vez de poner cara de póker. O cara de palo. O cara de estoy demasiado ocupado resolviendo los problemas del sistema financiero, no me venga usted con la monserga de los mineros.

No. No le importan los mineros. Y parece que tampoco los funcionarios. Ni los profesores. Ni los médicos de la Sanidad pública. Ni los periodistas a los que esquivó el otro día en el Senado. Parece que sólo le importen los bancos. Y coger un avión para no perderse la Eurocopa. Menos mal que no saltó de su asiento, señor Rajoy, como hicieron los príncipes cuando Cesc marcó el gol, porque la fotografía hubiera sido perfecta.

Aprenda a dar la cara, por favor, y no nos envíe a De Guindos para sacarle las castañas del fuego como Zapatero hacía con Rubalcaba. Aprenda a contarnos lo que pasa. Y deje de anestesiarnos con el fútbol, y con Roland Garros, y con la telebasura y los programas de cotilleos, mientras una nube de mineros recorren de noche las calles de León. Cada lámpara de sus cascos, señor Rajoy, es una estrella que alumbra más que sus palabras, aunque usted no quiera darse cuenta.

Y ahora que ya sabe lo que pienso, póngame el carné que más le guste.


lunes, 11 de junio de 2012

PerioDigno

Del blog Juanblan.co

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 7 de junio de 2012

Hoy el cuerpo me pide hablar de nosotros. De ti y de mí, que siempre hemos escrito en el mismo periódico y somos dos privilegiados porque tenemos un salario digno a final de mes. De ti y de mí, y de él, que va con la cámara de televisión al hombro, y de ella, que lleva un micrófono. De todos. Escribamos en papel o en un soporte digital.

Hoy me pide el cuerpo —y el corazón, perdona si te parece ñoño— hablar sobre todo de los que ya no escriben, ya no graban, ya no cuentan nada, ya no hacen fotos, porque ya no tienen un periódico, ni un canal de televisión, ni una emisora de radio que les respalde, porque han perdido su trabajo.

No me quiero olvidar de los que tienen empleo, pero cobran con retraso. O reciben un sueldo precario, le dedican horas a este oficio, y ven cómo se resienten sus relaciones personales, sus vínculos familiares, sin lograr que se reconozca su trabajo.

Tú y yo nos metimos en esto por vocación. Porque entendemos el periodismo como un compromiso con los lectores, o con los oyentes, o con los telespectadores. Sabemos que el derecho a la información no es nuestro, es suyo; de los que nos leen, de los que nos oyen, de los que nos ven por televisión.


En el edificio Botines de León, el 3 de mayo.
Foto de CAMPILLO

Estudiamos una carrera universitaria y bregamos a diario con el intrusismo profesional. Con la baja consideración social, en algunos casos. Con el desdén de determinados políticos, que nos miran con suspicacia porque les gustaría controlar cada coma que escribimos junto a sus palabras. Esa es su idea de la democracia.

Sabes que suscribo lo que ha dicho más de un compañero frente al edificio de Botines, detrás de una pancarta —¡periodistas, por primera vez, detrás de una pancarta!— que reclamaba un oficio digno. «Sin periodistas, no hay periodismo. Y sin periodismo, no hay democracia».

Estamos en todas las huelgas. Hablamos de todas las protestas. Recogemos todas las quejas. Y nunca hablamos de nosotros. Hoy, por desgracia, la noticia también somos nosotros, los periodistas. Los seis mil periodistas que han perdido su empleo en toda España. Ya va siendo hora, compañero, de que lo contemos