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domingo, 2 de diciembre de 2012

Golpe de pedales


"Ciclistas", de STEVE KUZMA

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 18 de octubre de 2012

Me paran por la calle y me preguntan si nos lo podemos permitir. El Mundial de Ciclismo. Pregúntenle al alcalde, les digo. Pregúntenle a Juan Vicente Herrera, que pone los avales. Interroguen a los responsables del Consejo Superior de Deportes, que tan interesados parecían hace unos días en desentenderse del acontecimiento. Y sondeen sobre todo, a los empresarios, que al final tienen que ser los que pongan la mayor parte del dinero, atraídos por los beneficios fiscales.

Me abordan en los bares y me preguntan, otra vez, si podemos permitírnoslo. Un Mundial de Ciclismo, aquí en Ponferrada. ¿De dónde saldrá el dinero que tiene que poner el Ayuntamiento? ¿Vendrá todo de la Junta? ¿Crearán algún impuesto nuevo? ¡Si ni siquiera se han puesto de acuerdo para aprobar el presupuesto de este año!, me recuerdan. ¿Recortarán el gasto en servicios sociales? ¿Dejarán de recoger la basura a diario? ¿Dejarán que se sequen los jardines? ¿Tendremos que ir al trabajo pedaleando?

No tengo las respuestas, les insisto, pero no me dejan tomar el café tranquilo. ¿Pero tú no eres periodista?, me interrogan finalmente, decepcionados, como si uno tuviera una bolita de cristal para saber lo que pasa por la cabeza de nuestros gobernantes. Y se van.


Logotipo del Mundial de Ciclismo de Ponferrada

Hay mucha gente en Ponferrada que está preocupada. Temen que el Mundial de Ciclismo sea una carga insoportable. No creen al alcalde cuando dice que organizar una prueba internacional de tanta trascendencia no será un despilfarro para la ciudad, ni una fiesta, sino una apuesta seria para atraer dinero, inversiones, obras, turistas, proyectos, gente nueva. Una oportunidad.

A priori estoy de acuerdo. No debemos dejarlo escapar. Hay que poner a funcionar ese consorcio fiscal creado para atraer a inversores privados, convencerles de que pueden obtener un beneficio. Pero debemos asegurarnos, sobre todo, de que la factura no nos la cobran a los de siempre. Los que financiamos casi todo. Los que pagamos los platos rotos de la crisis. De la deuda. De las exigencias de Bruselas. Y ahora que saben lo que pienso, que hay que dar un golpe de pedales, no me paren más por la calle y déjenme tomar el café tranquilo.

La marca España

 
España de pena, dice 'The Economist'
 
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 11 de octubre de 2012

España es una marca. Y como marca que somos, al Gobierno le preocupa la mala imagen que las protestas contra los recortes están causando en el exterior.

Le preocupa que el rostro descalabrado de un adolescente caído en las inmediaciones del Congreso después de una carga de los antidisturbios haga subir la prima de riesgo.

Le preocupa que tanta protesta de los funcionarios y de los profesores —los mineros de León ya no salen en los medios internacionales, ahora que sólo se quejan de los recortes salariales del empresario y no cortan carreteras— de los bomberos, y los interinos, y los obreros en paro, y los que viven del subsidio de desempleo o de la pensión del abuelo porque ya no tienen otros ingresos, acabe retrayendo las inversiones.

Quizá estemos abocados, con todo respeto, a convertirnos en un país de camareros, de aquellos camareros que tanto echaba de menos el hoy ministro Arias Cañete cuando se sentaba en una terraza del centro de Madrid y no le ofrecían unas gambitas, porque el hombre de la bandeja era latino y no estaba educado en los servilismos castizos.


La mejor forma de evitar imágenes como esta no es quitarle la cámara a los fotógrafos.
(A SERGIO PÉREZ, de REUTERS, no le quitaron la cámara, esta vez...)


Y mientras nos transformamos en una marca, en un casino gigante, en un lugar barato donde los alemanes pasan sus vacaciones, los que protestan en la calle, según el Gobierno, son poco menos que antipatriotas por dar mala imagen y no encuadrarse en esa mayoría silenciosa que oye, mira y calla. Y aguanta. Y se adapta.

Quédense en casa, nos están diciendo. No empeoren mas las cosas. Que nos están hundiendo la marca España en los mercados.

Claro.

Es mas fácil echarle la culpa de la crisis a quienes pagamos la hipoteca de un piso sobrevalorado por la burbuja inmobiliaria y señalar con el dedo a los que protestan porque la agravan, que reconocer que no van a dar con la solución quienes forman parte del problema, una clase política despilfarradora, clientelar, capaz de gastar el dinero de Europa en obras inútiles, seguramente para sacar tajada, que ha tenido la infeliz ocurrencia de asfixiar la economía para pagar su deuda, y que ahora añade la desvergüenza de acusar a los que se manifiestan de hundirnos más en la fosa que ellos mismos nos están cavando.


Otro juego de palabras. Esta vez de www.elcelatagarrapata.blogspot.com

sábado, 1 de diciembre de 2012

Desratización


Graffitti de Salvador Kalavera (El Matarte) titulado "Teatro Antidisturbios"
 Del blog La bitácora de Salinas

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 4 de octubre de 2012


Una plaga de ratas ha obligado a cerrar el parque de Quevedo durante cuatro días. Son roedores de campo y se han cruzado con los hamster domésticos que los vecinos de León abandonan en la zona verde cuando se cansan de tenerlos en una jaula, en el cuarto de los niños.

Algunas de esas ratas voraces, que se lanzan sobre los restos de comida que la gente deja en el parque, llegan a medir once centímetros, veinticuatro si contamos la cola. Y son ratas peligrosas, capaces de transmitir la turalemia a los humanos y al resto de animales. Así que el Ayuntamiento de León ha decidido desratizar el parque de Quevedo usando bromadiolona, un anticoagulante que tarda diez horas en envenenar a las ratas, que tienden a refugiarse en sus madrigueras cuando se sienten mal y así no hay que molestarse ni siquiera en enterrarlas cuando mueren.

En los Picos de Europa, rebrota la sarna porque no hay dinero para tratar a las cabras montesas y a los rebecos y la fauna salvaje se echa a perder. Pero todo es cuestión de prioridades. El veneno para las ratas seguramente cueste menos que la asistencia veterinaria para las cabras. Y por el parque de Quevedo se pasea más gente que por los senderos de los Picos de Europa.

Todo es cuestión de prioridades, sí. Y de gastar bien el dinero. Porque hay quien prefiere jugar a la ruleta rusa y dedicar menos a la prevención de los incendios forestales, a ver si suena la flauta y nadie quema el monte, aun a riesgo de que luego se gaste más dinero en apagar el fuego. Dinero que hubiera venido muy bien para atajar la sarna.

Y eso es algo que pasa en todos los ámbitos. Quienes nos gobiernan han debido pensar que es mejor (para ellos) pagar 300.000 euros en dietas a los mil quinientos agentes antidisturbios que estos días han rodeado el Congreso y despreciar a los ciudadanos que protestan contra los recortes «modulando» la libertad de manifestación, antes que cambiar de política, cambiar de Gobierno, y dejar de tratar a patadas los que se quejan diciendo que son todos unos perroflautas y unos antisistema, como si fueran poco más que rebecos con sarna, o aun peor, ratas sueltas en el parque de Quevedo.

Incendiarios

Sello uruguayo

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 27 de septiembre de 2012

El fuego comenzó cerca del cementerio y de la carretera, y el viento, que soplaba del sur, lo fue acercando al pueblo. A las cuatro y veinte de la tarde, alguien alertó por teléfono a los servicios de emergencia. Decía que las llamas comenzaban a cercar la aldea. Había miedo.

Pereda de Ancares sufrió el pasado fin de semana el peor incendio del verano en el Bierzo. Quienes estuvieron allí me cuentan que el fuego, que ha calcinado 650 hectáreas, hubiera sido imparable si no hubieran llegado las lluvias. La Junta de Castilla y León decretó el nivel dos de alarma, volvió a movilizarse a la Unidad Militar de Emergencias, medios aéreos. Otra vez.

Y ahora, perdónenme si les hablo de mí. Quienes me conocen saben que antes de ser periodista yo apagaba incendios forestales durante los veranos. Con eso y una beca —de las de antes— me pagué los estudios universitarios. Así que he pisado monte, he subido cuestas con un extintor (de esos que parecen sulfatadoras), he tirado de manguera, y he pasado alguna noche tratando de que el fuego no devorara un pinar o no se acercara a una aldea como la de Pereda de Ancares. Es algo de lo que me siento particularmente orgulloso, aunque no dejaran de pagarme un sueldo por ello.


Cartel oficial de una brigada contra el fuego.

Comprenderán que me duela especialmente que la persona que provocó el incendio en Pereda —porque la Junta no tiene ninguna duda de que detrás del fuego está la mano del hombre— haya tardado exactamente una semana en quemar el monte, después de que este periódico informara de que el verano se acababa sin ningún fuego de relevancia en Los Ancares. Y el texto lo firmaba yo.

Ustedes pueden discutir ahora si el artículo era oportuno, igual que pueden opinar si es responsable publicar caricaturas de Mahoma. Nos va en el sueldo. Pero el problema de fondo seguirá siendo que en Los Ancares, —donde el alcalde de Candín advertía en ese mismo artículo de que podía haber un incendio en cualquier momento— o en Castrocontrigo, o en el Pajariel, haya tipos tan podridos como para quemar el monte, lean o no lean los periódicos donde se habla de ellos. Incendiarios. A ver si se los lleva la lluvia.

Esperanza

Del blog www.losmediosdecomunicaciónysociedad.blogspot.es

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 20 de septiembre de 2012

Ayer les contábamos que Santiago Carrillo había muerto mientras dormía una siesta en su casa. Casi sin darse cuenta.

También les contábamos que el Rey de España calificaba de quimera la independencia de Cataluña y que Rajoy apelaba a la Constitución para negar la secesión. Les decíamos que Artur Mas no se daba por aludido y seguíamos hablando de la dimisión de Esperanza Aguirre, una semana después de que le arrojaran un tupper a la cabeza.

Les informábamos de que el fiscal general del Estado quiere evitar que los independentistas vascos se conviertan en un caballo de Troya para la democracia.

En el Bierzo, nos enterábamos de que el empresario minero Victorino Alonso ha enviado una carta de despido a los catorce miembros del comité de huelga, en un intento por frenar la protesta contra los recortes de sueldos en los cielos abiertos. Que el Mundial de Ciclismo está en el alero. Y que otros trabajadores, los que recogen la basura en Ponferrada, están planteándose ir a la huelga si la empresa concesionaria opta por despedir a algún compañero, en vista de los recortes que piensa aplicar el Ayuntamiento.

Contábamos que Mitt Romney metía la pata y arremetía contra los votantes norteamericanos que dependen del Estado. Que Rushdie criticaba el video sobre Mahoma y reconocía que hoy le sería imposible publicar un libro como Los versos satánicos. Que en China protestaban contra Japón. Y que la Otan cancelaba las patrullas conjuntas con las fuerzas de seguridad afganas en respuesta a la oleada de ataques talibanes.

De todo eso les hablábamos ayer. Y sin embargo, hoy me despierto con la sensación de que no estamos contando todo lo que pasa. Que se nos escapa algo importante. Deberíamos contarles, por ejemplo, que se nos mueren los viejos y por eso se están reduciendo las listas de espera de la Ley de Dependencia. Titular a cinco columnas que el Imserso se olvida del alzheimer. Y que en una ciudad que no conozco, y esto es lo más importante, alguien ha abandonado un tupper lleno de arroz para que el primer hambriento que pase se alimente de esperanza, en lugar de arrojárselo a la cabeza.


Arroz y una nota