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viernes, 26 de abril de 2013

Austericidio

Dibujo de EDUARDO ESTRADA, en El País

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 25 de abril de 2013

Juan Vicente Herrera ha usado una palabra nueva, austericidio, para definir lo que nos pasa. Austericida es aquel que ahoga la economía con una política de austeridad a toda costa. Y ha dicho el presidente de Castilla y León, con un casco de minero en la mano, que la recuperación sólo llegará cuando seamos capaces de crear empleo.

Herrera ha tenido un brote keynesiano. Y es de agradecer porque pertenece al mismo partido que nos gobierna desde hace un año y medio, ese que ha hecho de la austeridad su santo y seña. Ese que tiene como prioridad pagar la deuda y reducir el déficit. Ese que parece embarcado en una huida hacia delante y no quiere ver que es precisamente su política austericida -que sigue a rajatabla las líneas que marca Alemania en Europa- la que ha provocado que el paro haya aumentando todavía más desde que están en el Gobierno y hoy haya seis millones de desempleados en España.

A Herrera le entregaron un casco el pasado martes en la fiesta de Villalar para que no se olvide de los mineros, convertidos en uno de los símbolos de la recesión. Debería juntarlo con el que le ofrecieron el verano pasado en el Congreso a Mariano Rajoy, que no se da por aludido y sigue usando a su antecesor en el cargo, el desaparecido José Luis Rodríguez Zapatero, como coartada para todo.

Y si alguien ha gripado el motor de la economía española es Mariano Rajoy. Después de un año y medio en el Gobierno, su receta para crear empleo -la reforma laboral que ha dejado a los trabajadores sin derechos- no ha funcionado. Y su apuesta para recortar el déficit reduciendo el gasto público -a costa de la Sanidad y la Eduación- y aumentando los impuestos, sólo ha servido para retraer el consumo, destruir más empleo y poner en peligro el sistema de pensiones sin que crezcan los ingresos del Estado.

Porque Mariano Rajoy -ejecutor del austericidio que nos impone Bruselas- nos ha encerrado a todos en un círculo vicioso. En una espiral de recortes. En un pozo de impuestos que no toca fondo y que ha empujado al PIB a una caída en barrena. Y es una lástima que neologismos como los de Herrera no le suenen más cerca.
 

Y EN ESTE ENLACE, LA COLUMNA LEÍDA EN FÓRMULA HIT BIERZO

viernes, 19 de abril de 2013

Nazis


Viñeta de VERGARA

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 18 de abril de 2013

Ayer me encontré con dos nazis. Caminaban tranquilamente por la calle, de la mano. Y se pararon a saludarme. Él lleva veinticuatro meses en el paro, nadie quiere contratarle porque ha cumplido los 50 años, y ya no tiene ningún ingreso. Ella limpia oficinas sin contrato. Lo poco que cobra lo ingresa en negro. Y los han dejado en la calle.

Venían de participar en un escrache. Se habían apostado junto a un nutrido grupo de nazis como ellos frente a la casa de un diputado; un pobre desgraciado elegido democráticamente, que nunca ha roto la disciplina de voto, que apenas interviene en el Congreso, y al que querían señalar públicamente porque pertenece al partido en el Gobierno -ese que defiende su derecho a evitar que los bancos quiebren- y no hay forma de quejarse delante de un Parlamento blindado por agentes antidisturbios.

Me contaron que a los diez minutos del escrache, a trescientos metros de la casa del diputado, la policía comenzó a identificarles. Y ellos, como son dos nazis convencidos y temían que les multaran con mil quinientos euros, se negaron a mostrar su documentación.

Al final, se los llevaron a Comisaría y los acusaron de un delito de desobediencia a la autoridad. Después los dejaron irse. Y de la Comisaría venían cuando se encontraron conmigo.

Ahora están esperando la citación del juzgado. El banco los desalojó hace quince días, envió a dos policías y un cerrajero -los bomberos se negaron- cuando los miembros de la plataforma nazi contra los desahucios que les ofrecía cobertura ya se habían marchado, y tuvieron que sacarles de la vivienda a la fuerza.

Me dijeron que el banco no quiere aceptar la dación en pago. Y como se quedaron sin casa, se han ido a vivir con los suegros. Pero los suegros son muy mayores, viven de una pensión escasa en un apartamento pequeño y los roces son constantes.

Al menos no tienen hijos. Nunca se atrevieron a tenerlos.

Cuando me despedí de ellos no levantaron el brazo. Tampoco levantaron el puño. Sólo me estrecharon la mano. Se fueron caminando tranquilamente por la calle, a casa de los suegros. Y cenaron perdices.

viernes, 12 de abril de 2013

Cristales rotos

 
Cristales rotos. Óleo de AGUSTÍN BEJARANO
 
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves, 11 de abril de 2012
 
José Luis Sampedro hizo suya una frase de Martin Luther King que habla de la cobardía. "Lo peor no son los hombres malos, sino el silencio de los hombres buenos", decía el Premio Nobel de la Paz asesinado hace cuarenta y cinco años en Memphis.
 
La frase del defensor de los derechos civiles de los negros, que sirvió para cimentar la rebeldía pacífica de Sampedro, explica muchas cosas de nosotros. De nuestra historia. De nuestro sistema. De nuestras leyes. De la categoría de quienes nos gobiernan. Y de nuestra categoría como ciudadanos.
 
Ahora que hemos perdido a la cabeza más lúcida de este país -en palabras de Antonio Gamoneda- y el Gobierno no sólo trata de descafeinar la Iniciativa Legislativa Popular contra los desahucios, sino que se defiende de la presión popular prohibiendo los escraches a cierta distancia de las casas de los diputados, conviene recordar lo que pensaba el economista y escritor catalán fallecido el pasado lunes.
 
José Luis Sampedro, por M. Pardo.
 
José Luis Sampedro decía que la Humanidad sólo ha podido avanzar cuando los grandes han cedido a la erosión de los pequeños. Porque los grandes siempre temen a los cambios.
 
A los desahuciados que participan estos días en los escraches. -los más pequeños entre los pequeños porque han perdido la casa después de perder el empleo y el sistema los condena a la marginalidad cuando no acepta la dación en pago- los han comparado con terroristas y con cachorros de terroristas, que usaban la violencia para imponerse al Estado de Derecho, y todavía peor, con los nazis que en 1938, cuando eran cualquier cosa menos pequeños, reventaban las tiendas, las casas y las sinagogas de los judíos en la Noche de los Cristales Rotos.

Alemania, 1938. Escaparate de un negocio judío atacado por los nazis.
 
Y pocas cosas hay más violentas que un desahucio; un policía, un agente judicial y a veces un cerrajero, que con una ley injusta en la mano, echan a una persona de su casa, y si hace falta recurren a la fuerza que les concede el Estado de Derecho; o que un Gobierno democrático que legisla para los grandes y le da la espalda a los ciudadanos cuando se quejan. Eso sí es dejar cristales rotos.
 
Y aquí lo cuento, para poner mi granito de arena en la erosión.




Y ESTA COLUMNA (Primera versión) LEÍDA EN FÓRMULA HIT BIERZO

jueves, 4 de abril de 2013

Civilones


Una niña de dos años, besando a Civilón tras la corrida en
la Monumental de Barcelona en la que fue indultado

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 4 de abril de 2013

Civilón fue un toro manso, domesticado por una niña de siete años en una dehesa de Salamanca, e indultado por las mujeres en la antigua Monumental de Barcelona.

La niña que lo volvió dócil se llamaba Carmelita Cobaleda, era hija de un ganadero que criaba toros de lidia durante la Segunda República, y había tenido la ocurrencia de llamar al animal por su nombre después de que le curaran una herida. Ante la sopresa de los gañanes, que temían una embestida, el toro había levantado la cabeza, se había arrimado a la niña y se había dejado acariciar.

Civilón, con Carmelita Cobaleda

Civilón venía de una raza brava. Los Civilones de Salamanca reventaban caballos y derribaban a los piqueros. Eran toros temidos. Toros bravos. Toros criados para morir en la plaza. Y aún así, el fiero Civilón comenzó a jugar con Carmelita y con sus tres hermanos, y después con el pastor, y con cualquiera que se le acercara, hasta hacerse famoso en la prensa de la época como <el toro sociable>.

Cuando el ganadero Cobaleda lo vendió por 30.000 pesetas para que lo lidiaran en Barcelona, unas semanas antes del estallido de la Guerra Civil, la fama de Civilón llevó a miles de personas a pasarse por los corrales de la Monumental en los días previos a la corrida. Querían acariciarle y sacarse fotos con él.

El artista Florencio Cuairán hizo una escultura de Civilón en los corrales
de la Monumental, en los días previos a la corrida.

El toro sociable era tema de conversación en las terrazas de Las Ramblas y del Paralelo y el día de la lidia, la plaza se llenó de mujeres que pedían misericordia. Civilón salió en el quinto lugar. Le dieron un puyazo. Y con la sangre en la arena, las voces que pedían clemencia en el graderío aumentaron. El ganadero Cobaleda, que se encontraba en la barrera, lo llamó entonces por su nombre y Civilón acudió manso hacia el corral. Al presidente no le quedó más remedio que indultarle.
 
Una parte del público de la Monumental de Barcelona le pidió al matador que
debía  torear a Civilón, El Estudiante, que lo dejara vivir

Después estalló la guerra. Unos dicen que a Civilón lo hicieron filetes para alimentar a los milicianos. Otros, más románticos, que lo llevaron de vuelta a la dehesa con Carmelita. El caso es que se perdió su rastro y tres cuartos de siglo después, me cuentan esta historia. Y comprendo que todos los españoles tenemos desde hace año y medio algo de civilones. Ya nos han metido el primer puyazo. Pero la persona que puede indultarnos no se encuentra en la plaza.

Portada de la revista Estampa, con el artículo de
Javier Sánchez-Ocaña de julio de 1936

Y ESTE TEXTO, LEÍDO EN FÓRMULA HIT BIERZO.