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sábado, 29 de marzo de 2014

Amable Arias, treinta años después

Una 'tinta japonesa' de Amable Arias, obra de 1983
 
Bembibre redescubre a Amable Arias
Diario de León. Sábado 29 de marzo de 2013
 
En la Wikipedia, la enciclopedia anónima y universal, el artículo dedicado al pintor Amable Arias (Bembibre 1927 - San Sebastián 1984) asegura que sus obras «transpiran una extraña sensación de sinceridad frente a la realidad». Treinta años después de su muerte —se cumplen precisamente hoy 29 de marzo— el Ayuntamiento de su localidad natal ha decidido nombrar hijo predilecto a un artista que dejó la villa cuando tenía 15 años para residir el resto de su vida en San Sebastián, donde se formó como pintor de una forma casi autodidacta y donde promovió la Escuela Vasca de Pintura y el Grupo Gaur junto a Basterretxea, Sistiaga, Zumeta, Ruiz Balerdi y otros nombres que con el tiempo han marcado una época en el arte contemporáneo como los escultores Jorge Oteiza y Eduardo Chillida.
 
Amable Arias. Imagen de la promoción de una de sus últimas
exposiciones en la Galería Ekain de San Sebastián.
 
Amable Arias —con una obra que se movió entre la abstracción y la figuración cada día más apreciada— no lo tuvo fácil. A los nueve años, y mientras jugaba en la estación de Bembibre, un vagón situado en vía muerta le aplastó contra un muro. La historiadora del arte Carmen Alonso-Pimentel cuenta en la web del artista (www. amablearias.com) que en los siguientes cinco años, Amable tuvo que someterse «a catorce dolorosas operaciones» y las secuelas del accidente le dejaron una cojera que le obligó a usar muletas durante toda la vida.
 
En 1942, la familia dejó Bembibre para trasladarse a San Sebastián. «Fueron años llenos de tristeza y reclusión durante los cuales, Amable no recibió ninguna enseñanza. El padre infringía frecuentes malos tratos a la madre y, finalmente les abandonó. Con alivio se interrumpió la relación con él», añade Alonso-Pimentel. Sólo la penicilina que su madre conseguía de estraperlo, a pesar de las apreturas económicas, logró que la salud del futuro pintor mejorara.
 
La iglesia de San Pedro, en Bembibre, en un óleo de 1956
 
Sus primeros óleos, después de recibir clases esporádicas de pintura en el estudio de Ascensio Martiarena, los pintó en 1956. Eran paisajes de Bembibre. «En ellos se descubre la fuerza de unos grafismos que serán una constante en su pintura», explica Alonso-Pimentel, que ve en el artista de aquellos años una «visceral identificación con la tierra» cuando pinta paisajes del Bierzo que le acercará a la abstracción. En los sesenta se centró en la llamada ‘pintura del átomo’ o ‘de la gota’, en cuadros de grandes dimensiones y acabó llenado su obra de personajes «llenos de delicadeza, humor y utopía». Antifranquista convencido, marxista y marginado de los estamentos oficiales, Amable Arias soportó el estereotipo de ‘artista raro’ y poco convencional, cuando no el de ‘pintor maldito’. Sus últimos años, consciente de que la muerte le rondaba, estuvieron marcados por una frenética actividad.
 
Bembibre, que ya le dedicó una calle en su día, le ha nombrado ahora hijo predilecto a título póstumo por unanimidad del Pleno y prepara para el mes de mayo una serie de actividades culturales en torno a su figura. El valor que se le concede a su obra no ha parado de crecer en los últimos 30 años.

jueves, 27 de marzo de 2014

Epitafios


Cartel electoral del CDS
 

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves, 27 de marzo de 2014
 
Adolfo Suárez vivía en un país de cangrejos encerrados en un bote. Cuando Franco murió de viejo y entró aire fresco en el tarro de cristal que nos contenía a todos, Suárez, que era un cangrejo de los que caminan hacia delante, decidió salir del recipiente. Tuvo que pelear, claro, con el mar de crustáceos que, incapaces de avanzar con él, le empujaban hacia abajo. Pero eso, poca gente lo recuerda.

A Adolfo Suárez se le llora y se le invoca. Ha tenido que morir, después de perder la memoria y después de apartarse de la política, para que le den su nombre al aeropuerto de Barajas. No hace tanto le descartaban para bautizar la nueva T-4.

Suárez fue un estorbo para el bipartidismo cuando alguien decidió que resucitar el turno de partidos de Cánovas y Sagasta, pero con González y Fraga, era la mejor solución para darle estabilidad a España. Le fustigaron hasta que dimitió.

Fue un traidor para el movimiento del que procedía (el de los cangrejos de Franco, que caminaban hacia atrás) porque legalizó el Partido Comunista y abrió el melón de la democracia. Católico confeso, en más de una iglesia le retiraban la mano en el momento en que los feligreses se daban fraternalmente la paz.

Sus rivales políticos le debilitaron con una moción de censura. Le ninguneaban. Sus compañeros de partido le abandonaron. La mayoría se vistió la chaqueta de la derecha y se fue con Fraga. Cuando dimitió estaba solo.

Suárez, portada de 'Time'
 
Hoy es un hombre de Estado, el mito de la Transición —ese periodo de nuestra historia tan idealizado, a pesar de que la democracia era inevitable tras la muerte del dictador— pero en su día, los bancos le negaron el crédito para financiar la campaña de su nuevo partido, donde todos remaban en la misma dirección.

Suárez sólo empezó a recibir elogios cuando dejó de ser un rival. Y comenzó a ser un mito el día que perdió la memoria y ya no pudo opinar. Ahora que está muerto y se cuestionan más que nunca los cabos sueltos de la Transición lo convierten en un símbolo. ‘La concordia fue posible’, reza su epitafio. Pero su frase más famosa es otra: ‘Me aplauden, pero no me votan’.

Metafísica

El telescopio Bicep2, en la base antártica Amundsen Scott. FOTO: AFP
 
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 20 de marzo de 2014
 
Leo en los periódicos que un telescopio instalado en el polo Sur ha captado las huellas del primer instante del universo. Es la evidencia que buscaban los científicos para demostrar que la teoría del Big Bang es cierta.
 
El telescopio de microondas Bicep2, situado en la base antártica Amundsen Scott, ha registrado los temblores del espacio-tiempo en el momento de su primera expansión -inflación, le llaman- y los expertos que se pasan la vida observando el firmamento ya han señalado que el descubrimiento de esas ondas gravitacionales cambiará la cosmología para siempre.
 
Los científicos explican que en el origen de todo, hace 13.800 millones de años, la inflación del espacio-tiempo generó pequeñas diferencias de temperatura en el cielo. Puntos de mayor densidad que se condensaron en galaxias, y el rastro de ondas gravitacionales que ahora se ha descubierto. A esas ondas, leo, las llaman arrugas del espacio-tiempo propagándose por el universo.
 
La frase me llama la atención. Y sigo rebuscando en los periódicos.
 
Leo que el eco del primer instante viaja por el universo a la velocidad de la luz y ha dejado una leve radiación de fondo que permea todo el cielo.
 
Parece un poema. Un verso escrito con polvo de estrellas. lo que no sabemos es si hay un poeta detrás de esos temblores.
 
¿Está Dios al otro lado del resplandor que dejaron los primeros átomos cuando se formaron? Los hombres de ciencia no tienen la respuesta y tampoco quieren que se mezclen las cosas. Einstein, por ejemplo, decía que la Biblia es una colección de leyendas primitivas. Y a Higgs no le gustó nada que la prensa bautizara a su famoso bosón con el sobrenombre de la partícula de Dios porque incitaba a la gente a confundir la física con la teología.
 
 
Cartel de 'La gran belleza' de Paolo Sorrentino.
 
 
Y me viene a la cabeza la imagen de Geb Gambardella -el escritor atascado en la Roma decadente de La gran belleza- con la pregunta que nos hemos hecho todos en la punta de la lengua, mientras el prelado de la Iglesia con el que conversa en la escena de la boda se escabulle con unas señoras para no tener que responderla.

martes, 18 de marzo de 2014

De la alquimia a los inventos


Recreación del Great Eastern, en la película digital de Volker Römer

 


El DIABLO DEL MAR, EL ALQUIMISTA FULCANELLI
Y LOS SECRETOS DE 'TEMPLUM LIBRI'
 
Nota de prensa del Ayuntamiento de Ponferrada.
 
La próxima visita comentada a la colección 'Templum Libri', el sábado 22 de marzo a las 12:00 horas en el Castillo de los Templarios, tiene a los libros de viajes, ciencia y alquimia como protagonistas y contará con el escritor y periodista Carlos Fidalgo, que leerá su microrrelato 'Tratado de Alquimia' y proyectará una animación sobre el Great Eastern -el barco de su cuento 'El diablo del mar'- elaborada por el creador alemán Volker Römer.
 
Con el título Secretos de la Colección Templum Libri el Ayuntamiento de Ponferrada, en colaboración con el bibliófilo Antonio Ovalle García, organizan una nueva visita comentada a la colección Templum Libri de libros facsímiles, de autor y de obra gráfica expuesta de forma permanente en el Castillo de los Templarios y en la Biblioteca Templaria. Estas actividades didácticas y de divulgación cultural, iniciadas hace unos meses, cuentan con la participación de un autor o experto invitado.


El 'Great Eastern', después de que le retiraran una de sus cinco chimeneas originales

 
En esta ocasión, será el periodista y escritor Carlos Fidalgo, que aprovechará el recorrido para proyectar una película de animación de tres minutos sobre el Great Eastern, el barco del relato El diablo del mar, elaborada por el creador alemán Volker Römer, y leerá el microrrelato  Tratado de Alquimia, ambos incluidos en su libro Tierra adentro y otros cuentos de naufragios (editorial Leer-e). El diablo del mar fabula sobre la leyenda negra de uno de los grandes inventos del siglo XIX, el trasatlántico Great Eastern, que se adelantó cincuenta años al Titanic y que contó con viajeros ilustres como Julio Verne, que escribió su novela Una ciudad flotante  tras embarcarse en él para América. Tratado de Alquimia habla de las últimas horas del alquimista Fulcanelli, autor de la enigmática obra El misterio de las catedrales y empeñado en encontrar la fórmula del elixir de la vida. Carlos Fidalgo se dio a conocer como escritor con su novela El agujero de Helmand (Menoscuarto), ganadora del Premio Tristana de Novela Fantástica y también es autor del libro de cuentos El país de las nieblas (IEB).
 
Las visitas comentadas están abiertas a la participación directa del público asistente, que, al inscribirse en esta actividad didáctica y de difusión cultural y turística, puede seleccionar sus temáticas preferidas y de interés entre la rica diversidad de temas que ofrece la colección, desde cartografía, bestiarios, botánica o alquimia hasta órdenes militares, obra gráfica de artistas nacionales e internacionales o libros raros.
 
En la visita del próximo sábado 22 de marzo (12:00 h. en el Castillo de los Templarios), los protagonistas serán los ejemplares más singulares de los géneros de viaje, cosmografía y alquimia, desde el Códice de la Guerra de Troya, Las Maravillas del Mundo de Marco Polo, la España Pintoresca dibujada por David Roberts, el Atlas Miller, o el Libro del Tesoro hasta el sorprendente Códice Calixtino. Las personas interesadas en asistir a la visita "Secretos de la Colección Templum Libri", podrán inscribirse previamente (hasta completar aforo) en la recepción del Castillo de los Templarios o telefónicamente en el número: 987 402 244.

jueves, 13 de marzo de 2014

La conspiración


Primera página de 'El País', 12 de marzo de 2004

 
 
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 13 de marzo de 2014

Hay víctimas del 11-M que no murieron en los trenes. Un panadero de Pamplona, Ángel Berrueta, que perdió la vida el 13 de marzo. Y Magdalena, la mujer del comisario de Vallecas Rodolfo Ruiz, que falleció cuatro años después de los atentados.

A Berrueta lo mataron de cuatro disparos y una cuchillada en el hígado por negarse a colocar en su panadería un cartel que acusaba a ETA. Magdalena se suicidó, incapaz de soportar la campaña de acoso que sufrió su marido, falsamente acusado por los impulsores de la teoría de la conspiración —aquella patraña que defendía, recuerden, que hubo un complot para desalojar al PP del Gobierno— de ser cómplice de los terroristas, de alterar pruebas y de inventarse la existencia de la mochila bomba que condujo a los autores de la masacre.

Con ellos no se ha hecho justicia.

Diez años después, no sólo sabemos que ETA no tuvo nada que ver. También conocemos que la invasión de Irak tampoco. Los atentados ya estaba programados antes y fueron una venganza por el desmantelamiento de células yihadistas, según cuenta el que fuera asesor antiterrorista del Ministerio del Interior, Fernando Reinares, en su libro ¡Matadlos!, al que ha dedicado cinco años de investigación y con el que desmonta los bulos del 11-M.

Pero todavía hoy, cumplido el décimo aniversario de la tragedia, los conspiranóicos que instrumentalizaron el dolor y dividieron a las víctimas continúan sin pedir perdón. Y seguimos escuchando voces que alientan infundios, como la del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, que insiste en que aún no se sabe quién perpetró la matanza, o la del ya ex presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, que se ha despedido de su cargo afirmando que los terroristas tenían «oscuros objetivos de poder».

No sé lo que pensarán ustedes, pero yo tengo muy claro cuál fue la verdadera conspiración del 11-M; el Gobierno del PP tuvo miedo de perder las elecciones si se difundía que el terrorismo islamista estaba detrás de los atentados, y finalmente las perdió cuando supimos que había intentado engañarnos a todos echándole la culpa a ETA.


jueves, 6 de marzo de 2014

Incorruptos


Longyearbyen, en las islas Svalbard.
Foto de  BORJN CHRISTIAN TORRISEN (Wikipedia)


CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 6 de marzo de 2014

En Longyearbyen está prohibido morirse. Allí cazaban ballenas los arponeros vascos hace cuatrocientos años. Y allí han construido, a 120 metros bajo tierra, la ‘bóveda del fin del mundo’, un almacén que resiste terremotos y explosiones nucleares y que guarda las semillas de la biodiversidad del planeta.

Longyearbyen, capital de las islas Svalbard, es tierra de nadie. No está claro si el archipiélago pertenece a Noruega o Rusia, pero mientras se ponen de acuerdo en la ONU, cualquiera puede instalarse allí si no le tiene miedo al frío extremo. Porque en invierno, las temperaturas descienden hasta los 50 grados bajo cero. Y los cadáveres se conservan intactos. Lo comprobaron los científicos que a principios de siglo desenterraron los cuerpos de unos marineros fallecidos durante la epidemia de gripe española para elaborar una vacuna a partir del virus congelado y los encontraron incorruptos.

Lo malo es que aquellos científicos también destaparon otro tipo de fiebre y a la ciudad helada comenzaron a mudarse ancianos y enfermos que querían morirse allí para que los enterraron bajo tierra congelada, por si acaso la ciencia encontraba un remedio para resucitarles en el futuro.
Al final, eran tantos los muertos que las autoridades cerraron el cementerio hace setenta años y desde entonces, si alguien se muere en Longyearbyen, meten su cuerpo en un avión y lo mandan a paseo.
***

¿A que les suena a cuento? ¿A falso artículo de prensa, tan de moda? Pues es cierto. Lo cuenta en un reportaje Javier Reverte, viajero veterano que ha seguido las huellas de Joseph Conrad en África y las de Jack London en Alaska antes de visitar la ciudad más fría del mundo.

Y es que parece mentira lo que a veces nos cuentan en los periódicos. Por ejemplo, en Diario de León publicábamos ayer que el Gobierno ha destituido al director general de la Ciuden por negarse a paralizar las obras del Museo Nacional de la Energía en Ponferrada. El protagonista dice que se va por razones personales y lo niega todo antes de colgar el teléfono, pero alguna mente pensante en Madrid se morirá un día de viejo y no le comerán los gusanos de la vergüenza.