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miércoles, 25 de febrero de 2015

Trofeos

De la tienda www.omgbcn.com

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 19 de febrero de 2015

En Berlín ha abierto un museo de ‘cadáveres eternos’. El hombre que ha vencido a la muerte, o se ha aliado con ella para convertirla en un objeto de arte perpetuo, se llama Gunther von Hagens, es médico de profesión, y se hizo famoso hace veinte años, cuando dio a conocer al mundo sus esculturas de cuerpos humanos plastificados y levantó una polémica que todavía perdura.

 
En Madrid continúan buscando en un convento los huesos eternos de Miguel de Cervantes, autor del inmortal Don Quijote y las Novelas ejemplares. Dedican tiempo y dinero a revolver en los nichos para dar con los restos de un hombre que murió pobre, a pesar de su éxito. Y el suyo, si aparece, es otro cadáver perpetuo, aunque apenas quede nada de él.
 
En Roma se encuentran las reliquias del pie derecho de Santa Teresa y la parte superior de su mandíbula. La mano izquierda se venera en Lisboa. El ojo izquierdo y la mano derecha, que Franco conservó hasta su muerte después de que sus tropas se la arrebataran al ejército republicano, descansan en Ronda. El brazo izquierdo y el corazón ocupan sendos relicarios en el museo de la iglesia de la Anunciación de Alba de Tormes. Y el resto del cuerpo «incorrupto» —según dice la wikipedia— reposa en un arca de mármol jaspeado, custodiado por dos ángeles, en el altar mayor del mismo templo.
 
Pero hay más. Un dedo de la santa, de la que este año se conmemora el quinto centenario de su nacimiento, permanece en la iglesia de Nuestra Señora de Loreto en París y otro, en San Lúcar de Barrameda. Y como la religiosa, que fue una mujer adelantada a su tiempo, tenía dos manos y diez dedos, y dos brazos, y algunos otros miembros igual de venerables, hay otros restos suyos repartidos «por España y por toda la Cristiandad» (y entrecomillo otra vez el artículo de la enciclopedia universal).
 
Entre Los Espejos de la Reina y Barniedo, en Boca de Huérgano, aparecieron el lunes medio centenar de ciervos decapitados. A los animales, que murieron por falta de alimento, les habían cortado la testuz para quedarse con los cuernos y exhibirlos en alguna pared como trofeos de caza. Y todo el mundo se ha echado las manos a la cabeza, escandalizado, cuando ha visto la sangre sobre la nieve.

jueves, 12 de febrero de 2015

2015


Nos hace falta otra novela de caballerías...

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 12 de febrero de 2015

En 2015, el rey Felipe VI se bajó el sueldo un veinte por ciento. Trece millones de españoles empezaron el año en riesgo de pobreza (uno de cada cuatro ciudadanos). Las urgencias de los hospitales rebosaban enfermos de gripe. Y Esperanza Aguirre, ex presidenta de la Comunidad de Madrid y aspirante a suceder a Ana Botella en la Alcaldía de la capital, negaba en un programa de televisión, entre la desfachatez y el desparpajo de quien estaba acostumbrada a mandar, que los recortes hubieran afectado a la Sanidad pública en su autonomía.

En 2015, España amanecía enfangada en casos de corrupción y de evasión fiscal. Basculaba la balanza entre la paja en el ojo de la sociedad pantalla de Monedero —ideólogo de un partido nuevo que quería acabar con el espejismo de la Transición y que metía mucho miedo (a quienes vivían cómodos en el sistema)— y la viga de acero de la lista Falciani, una relación de defraudadores con cuentas en Suiza que incluía a un deportista famoso y al principal banquero del país, ya fallecido.
 
En 2015, un juez instruía a contrarreloj asuntos que hacían tambalear al Gobierno en año electoral; sobresueldos en el partido, dinero negro y financiación irregular. Otra magistrada ponía contra las cuerdas en Andalucía a la baronesa del principal partido de la oposición, perjudicada por el lastre de sus antecesores. Y el principal partido de la oposición, el mismo que se había alternado en el Gobierno durante cuarenta años con el partido de los sobresueldos y el dinero negro, firmaba un pacto de Estado que incluía la cadena perpetua, pero prometía derogarla si llegaba a gobernar.
 
En 2015 había mucha confusión en España. Un guerra en Ucrania. Otra en Siria y en Irak, donde nacía un Estado terrorista (y ese sí que daba miedo de verdad). Un órdago en Grecia. Psicosis en Francia. Inmigrantes detrás de una valla. Xenofobia en todas partes. En 2015 había un mundo desigual. Menos libertades. Y en un periódico de una provincia del interior andaba yo, sopesando la posibilidad de escribir otra columna de opinión sobre 1844, el bicentenario del autor de una novela de caballerías y el influjo de los escritores románticos, porque me daba asco la actualidad.

miércoles, 11 de febrero de 2015

1844

1844 fue el año en que se publicó 'El Señor de Bembibre' y también
'La suerte de Barry Lyndon' adaptada al cine por Kubrick.
 
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 5 de febrero de 2015
 
En 1844, la reina María Cristina regresa a Madrid de su destierro y se instala en el Palacio de las Rejas para tratar de tutelar el reinado de su hija Isabel, que sólo tiene 14 años. Atrás queda la regencia de Espartero, el abrazo de Vergara, la guerra entre carlistas e isabelinos y la desamortización de los bienes del clero.
 
En 1844, José Zorrilla publica Don Juan Tenorio, que le dará fama, pero no dinero porque malvende sus derechos. Espronceda ha muerto. Larra lleva siete años enterrado. Y el Duque de Rivas ha logrado otro éxito con El desengaño en un sueño.
 
En Francia reina Luis Felipe de Orleans, el rey ciudadano, y el folletín alimenta los periódicos. Alejandro Dumas escribe Los tres mosqueteros y Víctor Hugo ya es un autor consagrado. Balzac y Flaubert hacen avanzar la novela. Y ha muerto Stendhal, el autor de Rojo y negro.
 
En la Inglaterra de la reina Victoria, William M. Thackeray publica La suerte de Barry Lyndon en el Fraser’s Magazine y alcanza una cima de la novela satírica al narrar en clave de falsa autobiografía el ascenso y caída de Redmond Barry. Despunta Charles Dickens, empieza a escribir Willkie Collins, y las hermanas Brönte preparan sus mejores obras.
 
En los Estados Unidos del destino manifiesto, Poe ha publicado El gato negro, quizá su cuento más inquietante, y está a punto de escribir su poema El cuervo. Hawthorne imagina La letra escarlata. Y Melville aún anda enrolado en una fragata después de navegar en los Mares del Sur con la tripulación de un ballenero.
 
La competencia es muy grande para un joven escritor español de una provincia interior en 1844. Hay talentos en todas partes. Novelas, dramas, poemas que resistirán el paso de los años. Y eso le está ocurriendo a El Señor de Bembibre, «una pequeña obra maestra» de Enrique Gil y Carrasco, dice su paisano Juan Carlos Mestre, maltratada por la muerte temprana del escritor y la desidia de los editores que ahora reedita Valentín Carrera. Porque el mejor homenaje que puede recibir su autor, en el bicentenario de su nacimiento y 171 años después de que la escribiera, es publicarla otra vez sin erratas, sin errores, y con ilustraciones de Mestre. Para que ustedes la lean.

domingo, 1 de febrero de 2015

Juegos de invierno



Nieve.

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 29 de enero de 2015
 
Cosas que suceden en domingo.
 
Sucede que nieva. Y la nieve entorpece la circulación en las carreteras de montaña, aunque vista desde el valle parezca un signo de esperanza cuando llegue el deshielo.
 
Sucede que Syriza gana las elecciones griegas y Tsipras levanta una bandera contra el austericidio. Visto desde España, también parece algo esperanzador, aunque el camino esté sembrado de zancadillas. Y de tropezones. No habrá ninguna mujer en el nuevo Gobierno griego.
 
Ocurre que Susana Díaz, la primera mujer que preside la Junta de Andalucía, convoca elecciones anticipadas. La baronesa del PSOE juega sus bazas antes de que Podemos se organice. Y se inventa una excusa para romper el pacto con Izquierda Unida.
 
Sucede que el PP agita el fantasma del miedo. Lo hace en su congreso nacional. Ya no teme a los socialistas. Teme a Podemos.
 
Sucede que Pablo Iglesias, el hombre de Podemos que despierta odios y adhesiones porque quiere cambiar el sistema y negociar la deuda, como Syriza, se ha convertido en un demonio o en un ángel. En un peligro o en una esperanza.
 
Como la nieve.
 
Depende de hasta que punto quiera uno que cambien las cosas o se sienta amenazado por los cambios.
 
Sucede que un periodista argentino de origen hebreo huye a Israel porque se siente amenazado por el sistema, que no cambia. En Argentina hay un fiscal que se ha muerto después de acusar al Gobierno de negociar la impunidad de una masacre contra una mutua judía con un país que exporta petróleo y que siempre ha visto a Israel como un peligro. El periodista había sido el primero en dar la noticia de la muerte del fiscal en un tuit. Y el tuit evitó que alguien pudiera alterar el escenario del crimen. O del suicidio inducido, quizá nunca lleguemos a saber lo que fue.
 
Sucede que encuentran la tumba de Cervantes en un convento de Madrid. Pero luego se desdicen. Demasiadas prisas por anunciar un hallazgo histórico.
 
Sucede que nada es lo que parece. Sucede que la nieve en domingo nunca cae a gusto de todos. Depende, claro, de cómo se juegue con ella.