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lunes, 29 de octubre de 2012

Pinchazo

Si España fuera una rueda.... (del blog www.clubgr10.es)

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 13 de septiembre de 2012

Escucho una voz. Dice que para empezar a correr tenemos que cortarnos las piernas. Y yo, que voy en carretera, me pregunto cuánta distancia sería capaz de recorrer si a mi coche le quitaran las ruedas de repente.
 
Escucho una voz. Es Mariano Rajoy, claro, le están entrevistando en Televisión Española y sus palabras se cuelan en mi coche a través del dial de la radio. Mariano Rajoy no ha dicho exactamente que tenemos que amputarnos las piernas, pero eso es lo que le he entendido yo conduciendo por la meseta, con el sol de frente, deslumbrándome mientras se esconde detrás de un cartel. «Para crecer y crear empleo, tenemos que reducir el déficit», es la frase de Rajoy.
 
Rajoy, justo antes de la entrevista. 10 de septiembre. (Foto SUSANA VERA. REUTERS)
 
Y me dan ganas de dar la vuelta, conducir hasta Madrid, detenerme en el aparcamiento de Televisión Española, pedir permiso para entrar en el plató donde le están entrevistando y preguntarle al presidente —porque tengo algunas preguntas quemándome en la boca y nadie se las está formulando— ¿cómo diablos, señor Rajoy, piensa usted reducir el déficit si el Gobierno ingresa menos? ¿No se da cuenta, señor Rajoy, de que el Gobierno ingresa menos porque hay menos gente que paga impuestos? ¿No se da cuenta, señor Rajoy, de que hay menos gente que paga impuestos porque hay más gente en el paro? ¿No ve que hay menos gente trabajando, menos trabajadores cotizando a la Seguridad Social, sosteniendo el sistema de pensiones, y cada vez más parados cobrado prestaciones, porque sus recortes están ahogando la economía, están asfixiando el crecimiento, están aumentando el desempleo? ¿A dónde nos está llevando, señor Rajoy? ¿En qué abismo nos está metiendo? ¡¿Pero cómo pretende crecer si nos está amputando las piernas, correr si nos está quitando las ruedas, volar si nos ha cortado usted las alas, señor Rajoy?!
 
De verdad, me dan ganas de dar la vuelta en el siguiente cambio de sentido para ir a cantarle a Rajoy las cuarenta en bastos. ¿No se da cuenta, acaso?
 
Y en eso voy pensando, en preguntarle todo eso al presidente del Gobierno, cuando noto que el volante se me va de las manos y tengo que hacer un esfuerzo para aparcar el coche en la cuenta porque he pinchado.

jueves, 18 de octubre de 2012

Será mejor que te calles

Niebla y raíles

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves, 6 de septiembre de 2012


Será mejor que te calles, escribe Juan Carlos Mestre en un poema de su último libro, La bicicleta del panadero. Y está hablando del trauma de la guerra, de la nuestra, que todavía nos empozoña la memoria.
 
Y nos la empozoña porque nadie debería discutirle una calle en Ponferrada a una mujer embarazada y a su hijo de tres años, asesinados hace setenta y seis años, y sin embargo lo hacen. Ya lo dije la semana pasada y lo vuelvo a decir esta, precisamente porque sé que hay gente, demasiada, que no le gusta que lo repita. Será porque los dejo en evidencia.
 
Será mejor que os calléis, porque no es el momento de protestar, parece que les esté diciendo Victorino Alonso a los trabajadores de sus cielos abiertos, que sacan carbón, pero no son mineros, y llevan quince días en huelga porque el empresario les quiere recortar los sueldos.
 
Será mejor que no te quejes, le dicen al funcionario, aunque le hayan quitado la paga extra, a quien conserva su empleo, aunque le haya reducido el sueldo, al que contratan por un sueldo mínimo y hace más horas de la cuenta, porque le están dando trabajo, que es un derecho, no una limosna.
 
Será mejor que trabajes, le dice el Gobierno al parado que no encuentra empleo, convencido de que no lo busca con suficiente interés y prefiere quedarse en su casa con cuatrocientos euros al mes.
 
Será mejor que no hables. Será mejor que no escupas al aire. Será mejor. Será. Será mejor que te calles. No vaya a ser que haya alguien a quien no le guste lo que dices.
 
Parece que la crisis lo justifique todo, que debiéramos aceptarlo todo, asumirlo todo, incluso que todos somos culpables de lo que nos pasa —del déficit del Estado, de la desconfianza que genera nuestra deuda soberana, del recorte del crédito, de los temblores del euro— por haber vivido durante los últimos años por encima de nuestras posibilidades, cuando los verdaderos responsables de tanto despilfarro, de tanta especulación, de tantos ladrillos en el aire, son los mismos que ahora nos piden que nos apretemos el cinturón.
 
Que se callen ellos.

Sin cabeza

De la web periodistas.org
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 30 de agosto de 2012


Afganistán, 26 de agosto. Diecisiete aldeanos, quince hombres y dos mujeres, aparecen decapitados en una zona de la provincia de Helmand bajo control de los talibanes. Culpables de haber asistido a una fiesta.
 
No nos movemos de Afganistán, la tierra del polvo rojo y los ríos de meandros semicirculares entre las piedras. Verano del 2012, también. Una familia de pastunes se niega a cumplir la tradición tribal de asesinar a su hija violada por un pariente. La joven había sido secuestrada por un grupo de policías y entregada a su agresor, que la tuvo encadenada a una pared durante cinco días para golpearla y abusar de ella y vengar de esta forma una afrenta al honor —lo que él entiende por honor— cometida por un primo lejano de la víctima. Y me pregunto si este es uno de los casos a los que se refiere el lamentable congresista republicano Todd Akin cuando habla de «violaciones legales» y qué clase de mierda tienen algunos tipos en la cabeza.
 
Seguimos en Oriente. India. El mismo día de agosto en que decapitan a los 17 afganos en Helmand, una banda de jóvenes armados le corta la cabeza a un vendedor de dulces de 37 años delante de los pasajeros de un tren al norte de Calcuta. La policía achaca el suceso a un ajuste de cuentas.
 
Nos acercamos. Córdoba. A la vez que un grupo de talibanes decapita a 17 personas en Helmand y un grupo de jóvenes armados le corta la cabeza a un vendedor de dulces al norte de Calcuta, se conoce un informe forense que resuelve la desaparición de dos niños. El informe deja en evidencia al padre, acusado de secuestrar, matar y quemar a sus dos hijos, y a la policía científica, que hace once meses fue incapaz de confirmar que los huesos calcinados encontrados en la finca de La Quemadilla —hasta el nombre parece una broma cruel— eran humanos. Y no me pregunto lo que tiene ese padre en la cabeza. Está claro.
 
La Victoria de Samotracia de Ponferrada, con el castillo al fondo.
(Foto. lamemoriaviva.files.wordpress.com)
 
Llegamos a la conclusión de todo esto. Ponferrada, el 23 de agosto de 1936. Un grupo de falangistas armados, fanáticos de los ajustes de cuentas, asesina a una mujer embarazada y a su hijo de tres años. Su delito, ser la familia de un huido al que no pueden coger. Pasan 72 años, exhuman los cuerpos. Se conocen los detalles del brutal asesinato. Pero cuatro años después, el Ayuntamiento sigue rechazando la propuesta de recordar sus nombres con una calle. El argumento, que todas las víctimas, de cualquier tipo, del terrorismo y de Franco, ya tienen su homenaje en el mismo monumento. Estamos hablando de la Victoria de Samotracia, una reproducción de una estatua griega, esculpida para conmemorar una batalla, que se conserva sin cabeza. Será para no ver el horror —y no hace falta irse a Afganistán, ni a la India, ni a la finca de La Quemadilla— que tenemos más cerca.