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jueves, 23 de febrero de 2012

Incinerados

Fotomontaje de un grupo contrario a otra incineradora. La de Zubieta, en Guipúzcoa

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 23 de febrero de 2012

Este invierno seco y soleado, con las centrales térmicas funcionando a pleno rendimiento, un sombrero anaranjado de polución se derrama sobre el cielo del Bierzo. Se ve desde cualquier parte.

Esa nube de contaminación ya flotaba en el aire cuando hace 14 años, el hematólogo del Hospital del Bierzo José Antonio Rodríguez García comenzó a escribir su tesis doctoral sobre la incidencia del cáncer en la sangre; un estudio que tras analizar a 488 pacientes, le sirvió en 2010 para obtener un sobresaliente cum laude de la Universidad de León. Académicamente no podía llegar más alto.

Sus conclusiones fueron demoledoras. No sólo demostró que el número de enfermos de leucemias en el Bierzo supera la media nacional, sino que vinculó la alta prevalencia de las enfermedades de la sangre con la elevada contaminación de la comarca. Y ahora cito extractos de su tesis publicados por este periódico en 2010. «Residir a menos de 7,5 kilómetros de las centrales térmicas del Bierzo parece suponer un mayor riesgo de desarrollar una leucemia aguda mieloblástica o un mieloma múltiple. Residir en el entorno del conglomerado de alta tensión eléctrica también podría suponer un aumento del riesgo para el desarrollo de leucemias agudas mieloblásticas».

Un activista de Bierzo Aire Limpio, ante la cementera de Toral.
De la web www.bierzoairelimpio.org

Y hay más. «Residir a menos de 10 kilómetros de la principal cementera o acería del Bierzo podría suponer un mayor riesgo de desarrollar un linfoma no hodkiniano». Rodríguez acababa recomendando realizar un estudio más profundo «para aclarar de forma definitiva si residir en alguna de las zonas del Bierzo más expuestas a tóxicos ambientales supone, como parece, un auténtico riesgo para la salud de los habitantes».

Dos años después, la Junta de Castilla y León no sólo no ha realizado el estudio epidemiológico que pedía el doctor Rodríguez, sino que la semana que viene autorizará la quema de biomasa en la cementera de Toral, algo que, advierte la asociación Salvemos el Bierzo, abrirá la puerta a la incineración de residuos —y la empresa ha confirmado que sigue empeñada en ello—, a la emisión de nuevos contaminantes y en definitiva, al aumento del riesgo de contraer cáncer.

Para quitarse el sombrero, oiga.

jueves, 16 de febrero de 2012

El gueto

Detrás de las banderas...

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 16 de febrero de 2012


Franco está en el congelador. O mejor dicho, en el frigorífico de los refrescos. Después de que lo haya juzgado la historia, al dictador que gobernó España con mano de hierro durante cuarenta años lo ha metido en la nevera el escultor Eugenio Merino y se lo ha llevado a la feria de arte Arco.

Franco, el de Merino, cuesta 35.000 euros y está hecho de silicona y cabello humano. Y como la máquina de refrescos no tiene espacio para toda su grandeza, el Generalísimo de los Ejércitos aparece en cuclillas y con los brazos cruzados.

Dice el escultor que metiendo a Franco en el frigorífico ha querido simbolizar que el Caudillo está vivo de una manera alegórica. Y yo creo que la alegoría es otra. Franco, el jefe del Estado, el general sublevado con la ayuda del nazismo alemán y del fascismo italiano, el hombre que estrechó la mano de Hitler en Hendaya, el general que desfilaba bajo palio como los santos, la figura, al fin y al cabo, que ha encarnado a todos los demonios de una generación de españoles silenciada por la terrible represión de la posguerra, ya no reposa en el Valle de los Caídos, no. Franco ocupa ahora, por más que el diccionario de la Academia de la Historia se empeñe en dulcificar su legado, el lugar de las cocacolas.


Franco, presente en Arco. (Foto wventv.com)

Y un Franco tan banal no puede significar otra cosa que su obra está más que superada, aunque sus últimos coletazos todavía se puedan llevar por delante a un juez tan mediático como Garzón.

Envidio a Eugenio Merino, qué gran provocador. Si yo fuera escultor como él, también metería otras cosas en el congelador. Desde la reforma laboral, que nos desprotege frente al empresario y convierte el empleo en un privilegio, más que un derecho constitucional, hasta el brote de xenofobia que estos días recorre Ponferrada y que injustamente asocia la violencia con lo latino después de que la enésima pelea en el barrio del Temple dejara un muerto tendido en la calle.

Y en algo habremos fallado todos, como sociedad me refiero, si entre las vías y el parque del Temple, entre el instituto Europa y la estatua ecuestre, ha crecido en los últimos años un gueto peligroso, demasiado grande y demasiado volcánico como para meterlo ahora en un refrigerador.

jueves, 9 de febrero de 2012

Infiernos


Gulag soviético. De la película de Peter Weir The way back (Camino a la libertad).

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 9 de febrero de 2012

Paro, déficit y corrupción. Y sin convenios colectivos. Deuda, desempleo, especulación. Y una Europa de mercaderes.

Precariedad, resignación, contracción del crédito. Y sanidad de copago. Y aumento de los impuestos. Y Joaquín Almunia, el comisario europeo que una vez fue líder del PSOE y aspiró a la presidencia del Gobierno, defendiendo los minijobs. Son mejor que nada, ha dicho estos días en un arranque de pragmatismo. Mejor vivir explotado que vivir sin ingresos, es el argumento que esconden sus palabras, añado yo. Menudo pensamiento progresista.

Julio Anguita, que sigue estando a la izquierda de Almunia, ya llamaba abiertamente a la rebelión durante la última fiesta del Partido Comunista. Aludía Anguita a los indignados, que nunca han dejado que la política contamine su protesta, y afirmaba que no se puede salir a la calle sin una idea detrás porque no se consigue nada. Y detrás de sus palabras, intuyo un deseo de dirigir a las masas que me recuerda peligrosamente a aquella teoría de la vanguardia del proletariado. Nosotros sabemos lo que es bueno para el pueblo, nosotros vamos a liberarlo, era la consigna de Lenin, en el fondo no tan alejada del despotismo ilustrado.

Viñeta de El vals del gulag, comic de Pellejero y Zetner.

Y ya sabemos lo que pasó después. Todo el poder para los soviets y la igualdad tragándose al individuo, devorando la libertad y extendiendo otro tipo de pensamiento único; el mito del paraíso socialista, que lavaba los trapos sucios de la disidencia en el Gulag.

¿Y qué nos queda? El capitalismo nos machaca. El comunismo ha fracasado. La socialdemocracia está corrompida. La democracia cristiana está anclada en el pasado.

No son los sistemas, estúpido, habría que escribir parafraseando aquella expresión sobre la economía que Bill Clinton convirtió en su eslogan y de la que alguna vez he hablado aquí. No son los sistemas. El infierno está dentro de nosotros.

Porque somos nosotros los que explotamos, imponemos, acosamos, callamos, nos resignamos y miramos para otro lado. Somos nosotros los que nos tragamos la vergüenza. Nosotros, los tiranos. Y eso es lo que debemos empezar a cambiar.

lunes, 6 de febrero de 2012

Viña Femita, cien años en las cenizas


Incendio de Viña Femita. Viernes 3 de febrero de 2012. Foto: L. DE LA MATA


CUADERNO DE REPORTAJES
Diario de León. Lunes 6 de febrero de 2012

En temporada, envasaban castañas y cerezas, rompían nueces y las exportaban a China, a Japón, a Argentina. Y en invierno, destilaban alcohol y fabricaban sulfatos de cobre. En la antigua alcoholera de Villafranca, reconvertida en el restaurante y el albergue de peregrinos Viña Femita que ardió el pasado viernes, llegaron a trabajar hasta doscientas personas en sus mejores años. Cien años después de su primera construcción, el fuego ha arruinado algo más que un edificio.

La historia de la villa del Burbia en el siglo XX no se entiende sin la vieja fábrica de alcohol, sin su chimenea de ladrillos rojos, donde este fin de semana seguían anidando dos cigüeñas entre los rescoldos del incendio, y sin la glicinia de su jardín, un arbusto oriental casi tan famoso como el que decora la fachada del Museo de la Radio en Ponferrada. A la espera de comprobar cómo ha afectado el fuego a la planta, el complejo centenario amaneció el sábado convertido en una ruina y con sus últimos dueños, la familia de Vicente Rasilla y Eufemia Díaz, muy afectada por la pérdida de su albergue, según reconocía este fin de semana la alcaldesa, Conchi López. «Me imagino que intentarán volver a ponerlo en marcha», aseguraba expresando más un deseo que una convicción.

 
Viña Femita, albergue de peregrinos. www.vinafemita.com

 
El edificio comenzó siendo propiedad de Eduardo Meneses Díaz, que fue actor de teatro y de cine en la España de los años veinte y treinta. Justo al acabar la Guerra Civil, recuerda Celia Ovalle, hija de un matrimonio que trabajó durante años en la alcoholera, los Meneses vendieron el inmueble a Enrique Villarejo y la chimenea de ladrillos —la cuarta de Villafranca junto a las del actual Palacio de Arganza, la fábrica de conservas Ledo y la de gaseosas Olarte— comenzó a ahumar. «Mi padre trabajó allí toda la vida, desde los 16 años hasta que se jubiló», rememora Celia Ovalle para comentar una de las fotografías de este reportaje donde se le puede ver con su esposa Divina Moreira y otro compañero también llamado Ramón, con los sacos donde embalaban las nueces para la exportación a principios de los años sesenta. También eran los años del sulfato y del envasado de castañas, cuando la fábrica tenía un personal fijo y empleaba a decenas de temporeros que cobraban su sueldo en un sobre al acabar la semana.

La fábrica dejó de destilar alcohol a finales de los sesenta y una década después, también cesaba su actividad envasadora y se ponía a la venta. En los últimos años, el inmueble, adquirido por el matrimonio Rasilla-Díaz, albergó un restaurante bautizado como Viña Femita en recuerdo de la viña que el que fue alcalde entre 1947 y 1950, Eduardo Díaz, regaló a su esposa, Eufemia madre, cuando se casó con ella.

De envasar castañas y cerezas, la fábrica pasó a explotar la última riqueza de Villafranca; el turismo, con las riadas de peregrinos que llegan a la pequeña Compostela haciendo el Camino. Las cenas a los pies de la glicinia dejaron paso a los menús especiales para los caminantes y el edificio dio cama y comida a romeros procedentes de medio mundo. Todo eso se lo ha llevado ahora el fuego.

jueves, 2 de febrero de 2012

Impunidades

Dibujo de ARES sobre la militarización de México.
El Ejército combate al narcotráfico, pero los asesinatos de periodistas quedan impunes

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 2 de febrero de 2012

Hoy puedo hablarles de trajes. Y de bolsos de regalo. Y que ustedes opinen si el ex presidente de la Generalitat de Valencia merece ser absuelto. O si la presidenta de la Diputación de León y el grupo del PP en la institución provincial están legitimados para criticar las dietas por desplazamiento que cobra el portavoz de la oposición después de reconocer que gastan dinero público en obsequios para su personal de confianza.

También puedo plantearles una reflexión sobre el lenguaje de algunos políticos que queriendo levantar la alfombra de la corrupción sólo sacuden el barro de su propio felpudo y pierden toda la razón al hacerlo.

Puedo escribir otra vez de historias aún más graves y de mayor alcance. Recordarles que España está en la picota por el aumento del paro, por la desconfianza que genera su deuda soberana y por la contracción del crédito que ahoga a los empresarios. Y puedo advertirles de que se avecina una huelga general —lo sabe Rajoy— para frenar una reforma laboral que nos quitará derechos sociales y flexibilizará el despido con la excusa (o el motivo) de facilitar la contratación. Opinen ustedes si ese es el camino.


Viñeta de Xurxo. De wwwvinetasatirica.blogspot.com


Pero a mí, lo que verdaderamente me preocupa estos días y creo que nunca se escribirá lo suficiente de ello, es la vergüenza que está cayendo sobre nuestra Justicia ahora que sabemos que el primer juicio relacionado con los crímenes del franquismo seguirá sentando en el banquillo al juez que ha tratado de investigarlos.

Me preocupa porque pone bajo sospecha la salud de nuestra democracia mucho más que la absolución de Camps o los regalos que pueda hacer la Diputación de León. Extiende la sensación de impunidad. Y donde hay impunidad, se quiebra el Estado de Derecho.

Les pongo un ejemplo. «México es un país mágico, donde hay asesinatos, pero no asesinos», afirmaba el pasado domingo un poeta azteca para quejarse de los crímenes sin resolver que están diezmando a los periodistas de su país. Y ahora opinen ustedes si los magos del Supremo que no han querido anular el proceso contra Garzón no han ido esta semana un poco más lejos.