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domingo, 15 de abril de 2012

Tres dedos


Django Reinhart


CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 5 de abril de 2012

Django Reinhardt tocaba la guitarra con tres dedos. Era gitano, era francés y era un genio.

A los 18 años, unas flores de celuloide almacenadas incendiaron su caravana, le quemaron la mitad del cuerpo y le contrajeron dos dedos. Parecía el fin de su incipiente carrera musical, pero Django aprendió a tocar las cuerdas con las falanges sanas de su mano izquierda y se convirtió en un virtuoso de la guitarra.

Su sonido era diferente, precisamente porque sólo tocaba con tres dedos. Y con sus tres dedos sanos y sus dos dedos retraídos por el fuego revolucionó el swing y el jazz, y medio siglo después de su muerte todavía seguimos escuchando sus vinilos. Django, hay que quitarse el sombrero, fue capaz de transformar un accidente que le pudo costar la vida en el germen de su talento único. Su minusvalía, en un triunfo.


Así ve a Django Reinhardt NAIEL IBARROLA


  
Mariano Rajoy también quiere que toquemos la guitarra con tres dedos. El primero es el de la Ciuden. Y es el más sano de la mano. Cuarenta y ocho millones de euros de presupuesto para este año.

El segundo dedo bueno lo tenemos en los regadíos y en el saneamiento y en la modernización de las redes de abastecimiento. Y es un dedo alargado, con una longitud de veinte millones de euros.

El tercero es más pequeño, pero también es importante. Un millón de euros para ampliar el Palacio de Justicia de Ponferrada. A la Justicia, especialmente en Ponferrada, donde llevamos años reclamando una sala de la Audiencia Provincial, no le vendrá mal saber que puede contar con un nuevo edificio para llenarlo de contenido.

Los otros dos dedos de los Presupuestos Generales del Estado en el Bierzo están contraídos. El cuarto es el dedo del Ministerio de Fomento, muy quemado, porque el cambio de Gobierno no ha servido para impulsar las obras del AVE, ni las de la autovía a Orense, ni las de la carretera a Asturias y este año sólo hay dinero para reformar una ermita en Magaz de Abajo. Y el quinto dedo casi ni existe. Es el dedo de Interior, que invertirá algunas migajas en reformar cuarteles.

Y ahora, bercianos, pongámonos todos tocar la guitarra. Y hagámoslo como lo hacía Django Reinhardt. Con mucha mano izquierda.


 

DJANGO REINHARDT: I'll see you in my dreams

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