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martes, 7 de agosto de 2012

Coraje

La Marcha Negra en Madrid, la noche del martes 10 de julio de 2012
Del blog www.tierraylibertadmojacar.blogspot.com.es


CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 12 de julio de 2012

Ayer fue un día de palmas. Palmas en el Congreso y palmas en La Castellana. Palmas de los diputados del Gobierno, ovacionando a Rajoy. Y palmas de los simpatizantes de la Marcha Negra, aplaudiendo a los mineros.

Las palmas de los diputados (del Gobierno) aplaudían el «coraje» del presidente, y esa es la palabra que emplearon, por atreverse a anunciar el ajuste más duro de nuestra historia democrática aún a costa de incumplir sus promesas electorales. Todo por el bien de España. A que les suena...

Las palmas que animaban a los mineros ayer en La Castellana reconocían otro tipo de coraje. Habían empezado la noche anterior en Ciudad Universitaria. Habían continuado bajo el Arco de la Victoria (la de Franco). Y habían seguido en la calle Princesa y en la plaza de España, en la Gran Vía y en la calle de Alcalá, hasta reventar en la Puerta del Sol, el epicentro de todas las quejas, donde a las dos de la madrugada de un día laborable, una multitud aguardaba la llegada de la mancha de luz que formaban los mineros para envolverles en aplausos.

No exagero.

Había admiración en esos aplausos. Eran los aplausos de sus familiares y de sus paisanos, por supuesto. Pero también, de los bomberos de Madrid, que se habían puesto su propio casco. De los indignados del 15M, de los funcionarios -y aún no sabían que unas horas después se quedarían sin la paga extra de Navidad-, de los profesores de la escuela pública, vestidos con camisetas verdes, de los anarcosindicalistas de la CGT, que también clamaban contra los sindicatos mayoritarios, de los estudiantes que reciben una beca y pueden perderla, de los enmascarados de Anonymus y de ciudadanos sin nombre que se echaron a la calle, retrasando la hora de acostarse, para no perderse el paso de doscientos mineros que hace dos semanas empezaron a caminar defendiendo la dignidad de su trabajo y han acabado convertidos en un símbolo contra los recortes.

Está claro que esta crisis es una cuestión de co...razón y de co...raje.

El que le falta al Gobierno por no tener la dignidad de reunirse con los mineros después de la marcha. Y el que le falta a Rajoy, -como ya le faltó a Zapatero, no se engañen- para defender su programa a contracorriente de Europa. O para admitir que se han equivocado con el carbón. Y que han metido la pata con la deuda y con el crecimiento, porque difícilmente se puede reducir el déficit si cada vez hay menos ingresos porque hay menos contribuyentes que paguen impuestos, y difícilmente se puede crear empleo si la gente consume menos.

Eso, y no recibir una ovación de sus palmeros después de reconocer que hemos perdido nuestra soberanía económica, sería una verdadera lección de coraje.

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