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viernes, 2 de agosto de 2013

El diablo del mar (4)


"Se le ocurrió darle el nombre del diablo del mar". ROBERT HOWLETT

4. Los dos remachadores nunca aparecieron. Después de dos días dejaron de buscarlos. Los obreros continuaron trabajando en el barco, convertido en una nueva Torre de Babel flotante. Y llegado el momento de su botadura en el Támesis, la joven hija de uno de los banqueros que había financiado su construcción sorprendió a todos y se le ocurrió darle el nombre del diablo del mar. "¡Leviatán!", lo bautizó.

El diablo del mar © Carlos Fidalgo
Publicado en León al sol. Diario de León. Viernes 2 de agosto de 2013.
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