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lunes, 3 de noviembre de 2014

Sorpasso

La historia de la democracia está llena de 'trileros'
 
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 21 de agosto de 2014
 
Se veía venir. Mariano Rajoy acaba de confirmar que usará la mayoría absoluta del PP en el Congreso para reformar la ley electoral. Sin consenso. El alcalde más votado, ha dicho Rajoy, gobernará a partir de las elecciones municipales de 2015,  aunque su mayoría sea relativa y el resto de la corporación se haya puesto de acuerdo para ofrecer una alternativa.
 
Rajoy dice que es una medida de regenaración democrática. Pero a nadie se le escapa que un intento tan burdo de cambiar las reglas del juego, una reforma de tanto calado -sin consenso y a sólo unos meses de las elecciones- sólo obedece al miedo a perder poder.
 
No les cuento nada nuevo si les digo que Rajoy y quienes le sostienen temen el ascenso de alternativas ‘populistas’, -Podemos, Ganemos, y todos los herederos del 15-M- que defienden un cambio más profundo del sistema que ha alimentado al bipartidismo, ha generalizado la corrupción -consintiendo, por ejemplo, la ‘ley del tres por ciento’ que ha engordado la fortuna de los Pujol- y ha agravado la crisis con recortes que sólo han servido para aumentar el desempleo, priorizar el rescate de bancos mal gestionados, privatizar servicios públicos para repartir prebendas entre empresarios afines, y entrar en una profunda recesión sin haber resuelto el problema de la deuda.
 
Al contrario. La deuda crece. Y vivimos en una espiral de autodestrucción de la que nos costará salir.
 
Rajoy ha hecho sus cálculos y ha llegado a la conclusión de que la mejor forma de frenar la irrupción de los movimientos ciudadanos y los partidos asamblearios que quieren cambiar el orden de prioridades es reformar la ley electoral. Blindar a la mayoría. Y aunque su propuesta desprende un tufo insoportable a pucherazo -sigue la línea de la Ley d `Hont, que sentó las bases de un nuevo turno de partidos- el presidente se defiende con el argumento, desvergonzado, de la supuesta regeneración democrática. Y lo que va a conseguir el señor Rajoy, que no pisa mucho la calle, es que la reforma le explote en la cara y esos ‘populistas’ a los que tanto teme, se presenten a las elecciones con una sola voz y conformen la nueva mayoría. Blindada.

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