Buscar este blog

jueves, 28 de abril de 2011

Que viene el lobo

Fotomontaje tomado de web noatodo.org
   
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Martes 26 de abril de 2011


Vuelve el lobo. Siete ovejas aparecen devoradas en una granja de Barcelona, leo en un periódico. Veinte muertas y nueve vivas, pero con las marcas de las dentelladas, en El Pego, (Zamora), vuelvo a leer unos días después.
Al lobo casi lo extinguieron los alimañeros, cazadores de fieras que recorrían los pueblos en la España de la posguerra para salvar a los rebaños de ovejas de su mayor depredador. En Cataluña lo consiguieron. No quedó ningún ejemplar de lobo ibérico y las manadas que atacan las granjas ahora son de una camada italiana, que ha tardado veinte años en salir de los Alpes, atravesar el Sur de Francia y llegar a este lado de Los Pirineos.

Vuelve el lobo y vuelve el oso. Ocho plantígrados se dejan ver en Valseco, (Palacios del Sil) donde los curiosos suben hasta Los Corrales del Diablo para saber cómo despiertan del invierno. En el Alto Sil, el oso no ha atacado al ganado, ni se ha ido a la miel. O al menos, nadie se ha quejado.
Vuelve el hombre. No, el hombre no se ha ido. Seguimos matándonos en Libia. En Siria. En Yemen. Tampoco ha terminado la guerra en Afganistán, aunque ocupe menos espacio en los periódicos que las dentelladas de los lobos y los paseos de los osos. No, no nos hemos ido. Seguimos explotando a los africanos, aprovechándonos de los extranjeros. Seguimos cerrando las fronteras a los inmigrantes, a los refugiados. Seguimos abriendo centros de internamiento para encerrar a los que no quieren volver de donde vinieron

Caravana de gitanos cerca de Arlés. Van Gogh. 1888.
Museo d 'Orsay, París.

Y seguimos recelando de los gitanos. En Roma tienen un alcalde empeñado en barrer todos los campamentos ilegales sin realojar a nadie. Las chabolas de Casal Bruciato han sido las últimas. Los desahuciados, rumanos sin ningún lugar a donde ir, atravesaron la ciudad en manada el pasado Viernes Santo y se refugiaron en la Basílica de San Pablo Extramuros, dentro del Vaticano.

Pero no encontraron en la iglesia el cobijo que buscaban. La Gendarmería vaticana cerró las puertas de la basílica el sábado, salvo para los peregrinos, y algunas mujeres y niños se quedaron fuera y tuvieron que dormir al raso. Un cardenal copió la idea del alcalde y ofreció 500 euros a quien aceptara la repatriación, sin mucho éxito. Y por fin el domingo, y ante la negativa de los gitanos a regresar a un país que tampoco les quiere, el Vaticano los trasladó a locales de Cáritas, mientras el Papa exhortaba a los fieles a acoger a los refugiados de las revueltas en el norte de África. Debió verles las orejas…

2 comentarios:

  1. una chica en una ventana28 de abril de 2011, 23:35

    Todavía me sorprende que haya personas buscando refugio en la iglesia. ¿No ha dado ya suficientes muestras de en qué consiste su NEGOCIO?

    ResponderEliminar
  2. Creo que fueron inteligentes esos gitanos rumanos. Debieron pensar, si nos echan de las chabolas nos vamos a una de las iglesias más bonitas de Roma, dentro del Estado del Vaticano, a ver si así nos hacen caso...

    ResponderEliminar