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jueves, 19 de junio de 2014

Antisistema

 
Bergoglio, portada de The New Yorker

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 19 de junio de 2014
 

En España hay niños que pasan hambre. Niños que no comen bien. Niños desnutridos. Niños.
 
Léanlo otra vez. A mí me avergüenza.
 
En León, sin ir más lejos, hay mil trescientos niños que dejarán de comer gratis en los comedores escolares. Mil trescientos niños que reciben una beca durante el curso porque sus padres no pueden pagar los 4,83 euros que cuesta el menú diario. Mil trescientos niños, lo escribo otra vez, que vaya usted a saber lo que comerán este verano, porque sus padres no tienen qué darles y la Junta de Castilla y León se niega a mantener los comedores abiertos durante las vacaciones.
 
Me avergüenzo de nuevo.
 
Porque estamos hablando de lo básico. De comer. Y estamos hablando del país en el que vivimos. Estamos hablando, lo repetiré, de niños. Y si no les garantizamos lo básico, ¿para que sirven las administraciones, los gobiernos, las juntas? ¿Qué sentido tienen si no son capaces de resolver lo más imprescindible?
 
Las cifras son tozudas. Somos el segundo país de Europa con más niños en riesgo de pobreza. Y esto no lo han dicho peligrosos revolucionarios con coleta, ni jóvenes asamblearios de acampada en una plaza, ni politólogos de izquierdas, que tanto miedo meten a los que no quieren que cambien las cosas porque forman parte de las cosas que hace falta que cambien. Lo ha dicho Cáritas, que pertenece a la Iglesia Católica. Y a la Iglesia pertenece también el obispo de Soria, Gerardo Melgar, que ha pedido políticas que creen empleo para no tener que recurrir a la caridad.
 
Será que la Iglesia sí está cambiando. Y es posible que el Papa Francisco se haya convertido en el mayor de los revolucionarios. Decía Bergoglio en una entrevista televisada el pasado domingo que el sistema económico en el que vivimos no es bueno. Que el hombre y la mujer deben estar en el centro de todo. Pero en el centro hemos puesto al dinero. El beneficio. El afán de acaparar. Y así nos hemos rendido a la lógica del capitalismo extremo, que sólo se sostiene con el negocio que generan las guerras y se muestra incapaz de atajar el hambre en el mundo, aunque haya alimentos para todos. No es su prioridad.

Bergoglio, en un mural callejero y también portada de Rolling Stone
(Papa Francisco. Los tiempos están cambiando, dice la revista)
 

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