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miércoles, 4 de junio de 2014

Queremos



La Puerta del Sol, durante la acampada del 15-M

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 29 de mayo de 2014

Queremos otro país. El que tenemos sólo le gusta a unos pocos. Está tejido de redes clientelares que generan más pobreza y ahondan en las desigualdades sociales.

A este país le sobran señores feudales, como los ha definido José María Merino. Caciques del territorio que mercadean con favores e influencias. Y falsean la democracia cuando arrinconan a los disidentes. 

Este país tampoco necesita políticos que gobiernan de espaldas a los problemas reales, que no comparten las prioridades de la gente de la calle, quizá por que nunca la han pisado, ni han sufrido sus miserias. Y no escuchan. Nunca se dan por aludidos. Si acaso, toman nota de las protestas criminalizando a los que se quejan.
 
Y eso sólo aumenta el descontento.
 
A España le sobran marionetas. Voceros de la oligarquía financiera que aplican políticas que reducen la clase media —y eso sí es ir contra el sistema— mientras aumentan el desempleo y los desahucios y la precariedad laboral, y los jóvenes tienen que emigrar porque uno de cada dos no encuentra trabajo.
 
No me llamen demagogo por recordarlo.
 
Queremos un país diferente. En este hay demasiada gente intocable, que esquiva a los jueces, faltos de medios, y extiende la sensación de que la corrupción forma parte del sistema.
 
Y la impunidad también genera más pobreza. Y violencia.
 
Queremos un país con otras prioridades. La educación y la sanidad por encima de la deuda. Un reparto más justo de la riqueza. Y políticas que agiten la economía. Que agilicen el crédito. Y ayuden a los emprendedores.

Queremos un país nuevo. Un país que no se parezca a este en el que vivimos, que sufre un rebrote insoportable de clasismo y un recorte alarmante de derechos y libertades.

Queremos listas abiertas, democracia interna en los partidos. Debate y participación. Queremos que no nos mientan.

Después de las elecciones del domingo ya sabemos que hay personas dispuestas a cambiar las cosas. Pero la pregunta que me hago no es tanto si queremos o podemos, sino si les dejarán hacerlo.


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