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jueves, 8 de enero de 2015

Elvis anciano



Elvis aparece en multitud de sellos de correos. Este es de Senegal, de 1998, con una imagen de su
'Comeback' de treinta años atrás. El cantante se reinventaba a finales de los años 60.

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves
 
Si Elvis Presley no hubiera muerto en el baño de su casa, con un libro en las manos y después de una noche de insomnio que dedicó a jugar al tenis, tocar el piano y lavarse el pelo antes de encerrarse en el escusado con la lectura, tal día como hoy hubiera cumplido 80 años.
 
Elvis Aaron Presley nació un 8 de enero de 1935 en Tupelo, Mississippi, en una casa de madera de dos habitaciones que había construido su padre, Vernon Elvis, apenas un mozalbete de 18 años con pocas ambiciones. Elvis vino al mundo treinta y cinco minutos después de que lo hiciera muerto su hermano gemelo, Jesse Garon, y quizá por eso el vínculo que mantuvo con su madre Gladys siempre fue muy fuerte. Elvis tenía sangre escocesa e irlandesa, franco-normanda y alemana y una tatarabuela de Gladys había sido una india cherokee.
 
Fue un niño pobre, vivió en barrios de afroamericanos, y a los diez años debutó con una canción country en un concurso infantil vestido de cowboy. El resto de la historia se ha contado muchas veces. Viviendo en Memphis, Tennesse, el joven Elvis entró un día en los estudios Sun Records para grabar un disco de acetato de dos canciones que quería regalarle a su madre y allí empezó su carrera. Dos años después ya era una estrella del rock, cantaba Blue suede shoes, Hound dog y Heartbreak hotel, y volvía locas a las chicas con sus movimientos.
 


Elvis Presley, en la película 'Jailhouse rock',
una de las mejores que rodó.

 
Elvis cambió la música. Y algunas costumbres. Vendió millones de discos, apareció en películas muy malas, ganó mucho dinero, lo malgastó, se reinventó así mismo vestido de cuero, se dejó manipular por su manager, compró una mansión con teléfono en el baño, se interesó por el esoterismo, la filosofía tibetana, la numerología y los rosacruces, y acabó convertido en un tipo estrafalario, que salía a cantar con camisas de flecos y pantalones de pata de elefante. Engordó. Se aficionó a los combinados de medicamentos. Pero nunca perdió la voz.
 
Si no hubiera muerto, hoy habría cumplido 80 años. Elvis anciano. Y todavía hay gente que le echa tanto de menos que sigue creyendo que está vivo, en un pantano de Luisiana, en un atolón del Pacífico, en un viejo disco de acetato con dos canciones para su madre.

2 comentarios:

  1. Al maestro: ¡Feliz cumpleaños! (para nosotros, más bien, que seguimos teniéndote)
    Al autor del blog: has hecho que reescuche mis temas preferidos y el material audiovisual que hay por ahí... GRACIAS

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