Dibujo de EDUARDO ESTRADA, en El País |
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 25 de abril de 2013
Juan Vicente Herrera ha usado una palabra nueva, austericidio, para definir lo que nos pasa. Austericida es aquel que ahoga la economía con una política de austeridad a toda costa. Y ha dicho el presidente de Castilla y León, con un casco de minero en la mano, que la recuperación sólo llegará cuando seamos capaces de crear empleo.
Herrera ha tenido un brote keynesiano. Y es de agradecer porque pertenece al mismo partido que nos gobierna desde hace un año y medio, ese que ha hecho de la austeridad su santo y seña. Ese que tiene como prioridad pagar la deuda y reducir el déficit. Ese que parece embarcado en una huida hacia delante y no quiere ver que es precisamente su política austericida -que sigue a rajatabla las líneas que marca Alemania en Europa- la que ha provocado que el paro haya aumentando todavía más desde que están en el Gobierno y hoy haya seis millones de desempleados en España.
A Herrera le entregaron un casco el pasado martes en la fiesta de Villalar para que no se olvide de los mineros, convertidos en uno de los símbolos de la recesión. Debería juntarlo con el que le ofrecieron el verano pasado en el Congreso a Mariano Rajoy, que no se da por aludido y sigue usando a su antecesor en el cargo, el desaparecido José Luis Rodríguez Zapatero, como coartada para todo.
Y si alguien ha gripado el motor de la economía española es Mariano Rajoy. Después de un año y medio en el Gobierno, su receta para crear empleo -la reforma laboral que ha dejado a los trabajadores sin derechos- no ha funcionado. Y su apuesta para recortar el déficit reduciendo el gasto público -a costa de la Sanidad y la Eduación- y aumentando los impuestos, sólo ha servido para retraer el consumo, destruir más empleo y poner en peligro el sistema de pensiones sin que crezcan los ingresos del Estado.
Porque Mariano Rajoy -ejecutor del austericidio que nos impone Bruselas- nos ha encerrado a todos en un círculo vicioso. En una espiral de recortes. En un pozo de impuestos que no toca fondo y que ha empujado al PIB a una caída en barrena. Y es una lástima que neologismos como los de Herrera no le suenen más cerca.
Herrera ha tenido un brote keynesiano. Y es de agradecer porque pertenece al mismo partido que nos gobierna desde hace un año y medio, ese que ha hecho de la austeridad su santo y seña. Ese que tiene como prioridad pagar la deuda y reducir el déficit. Ese que parece embarcado en una huida hacia delante y no quiere ver que es precisamente su política austericida -que sigue a rajatabla las líneas que marca Alemania en Europa- la que ha provocado que el paro haya aumentando todavía más desde que están en el Gobierno y hoy haya seis millones de desempleados en España.
A Herrera le entregaron un casco el pasado martes en la fiesta de Villalar para que no se olvide de los mineros, convertidos en uno de los símbolos de la recesión. Debería juntarlo con el que le ofrecieron el verano pasado en el Congreso a Mariano Rajoy, que no se da por aludido y sigue usando a su antecesor en el cargo, el desaparecido José Luis Rodríguez Zapatero, como coartada para todo.
Y si alguien ha gripado el motor de la economía española es Mariano Rajoy. Después de un año y medio en el Gobierno, su receta para crear empleo -la reforma laboral que ha dejado a los trabajadores sin derechos- no ha funcionado. Y su apuesta para recortar el déficit reduciendo el gasto público -a costa de la Sanidad y la Eduación- y aumentando los impuestos, sólo ha servido para retraer el consumo, destruir más empleo y poner en peligro el sistema de pensiones sin que crezcan los ingresos del Estado.
Porque Mariano Rajoy -ejecutor del austericidio que nos impone Bruselas- nos ha encerrado a todos en un círculo vicioso. En una espiral de recortes. En un pozo de impuestos que no toca fondo y que ha empujado al PIB a una caída en barrena. Y es una lástima que neologismos como los de Herrera no le suenen más cerca.
Y EN ESTE ENLACE, LA COLUMNA LEÍDA EN FÓRMULA HIT BIERZO
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