Vicente Nieto Canedo. |
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 2 de mayo de 2013
Vicente Nieto Canedo nunca fue un reportero de guerra, aunque algunas de sus fotografías en la retaguardia de la columna Mangada, en el frente republicano de la sierra de Madrid, recuerden a las que hacía Robert Capa.
Usaba una cámara sin trípode que costaba 13 pesetas. Y tomaba imágenes de combates fingidos o de milicianos en reposo que ya presagiaban la calidad de las fotografías sobre la vida cotidiana en los años de posguerra -un hombre sobre un burro, dos hombres en un descampado, cinco curas con sotana como cinco torres junto a las murallas de Ávila, dos mujeres asomadas a la ventana de un tren en Cuenca, dos pescadores de atún en una playa del norte, dos manchegos en pleno diálogo, o una niña con el pelo trenzado y una lechera en la mano- que le emparentan con la Escuela de Madrid y que a veces recuerdan a la de otro fotógrafo berciano de la época; Bernardo Alonso Villarejo, que también fue un hombre humilde y sabía mirar a las personas.
Usaba una cámara sin trípode que costaba 13 pesetas. Y tomaba imágenes de combates fingidos o de milicianos en reposo que ya presagiaban la calidad de las fotografías sobre la vida cotidiana en los años de posguerra -un hombre sobre un burro, dos hombres en un descampado, cinco curas con sotana como cinco torres junto a las murallas de Ávila, dos mujeres asomadas a la ventana de un tren en Cuenca, dos pescadores de atún en una playa del norte, dos manchegos en pleno diálogo, o una niña con el pelo trenzado y una lechera en la mano- que le emparentan con la Escuela de Madrid y que a veces recuerdan a la de otro fotógrafo berciano de la época; Bernardo Alonso Villarejo, que también fue un hombre humilde y sabía mirar a las personas.
"La niña de la lechera", una imagen de Vicente Nieto tomada en 1956 que sirvió a Manuel Cuenya como portada de uno de sus libros de viajes |
Vicente Nieto Canedo, que ha muerto en Madrid a los 99 años, era de Ponferrada, aunque en la ciudad donde vivió hasta la adolescencia, poca gente sabe quien fue. Tuvo que cumplir los noventa años para que fotógrafos más jóvenes como Marcos López, Amando Casado o Pedro Taracena, descubrieran su obra. Así fue como donó más de cinco mil negativos al Ministerio de Cultura, se entrevistó con la ministra Sinde y logró que el Instituto Leonés de Cultura y el Instituto de Estudios Bercianos difundieran sus imágenes. Su obituario ha aparecido finalmente en la prensa nacional, y a pesar de que nunca dejó de ser un fotógrafo aficionado, se ha escrito de él que ya es un fotógrafo imprescindible.
Vicente Nieto Canedo dejó de hacer fotografías en 1967. La platería en la que trabajaba no le daba para vivir y tuvo que reconvertir el cuarto donde revelaba sus imágenes, qué paradoja, en el almacén del material fotográfico que vendía. Decía que la fotografía estaba en la calle y no en los estudios. Y esa mirada furtiva -así se tituló su retrospectiva- ese saber mirar a la gente que el tenía, no lo tiene casi nadie. Aunque, como ya ha escrito alguien antes que yo, sólo unos pocos supieran verle a él.
Ángeles González Sinde, con Vicente Nieto Canedo. AMANDO CASADO |
Y aquí os dejo un enlace con el reportaje EL OJO ASOMBROSO DE VICENTE NIETO publicado el domingo 5 de mayo en el suplemento Revista de Diario de León. Incluye una galería con algunas de sus mejores fotografías.
Y aquí os dejo un enlace con el reportaje EL OJO ASOMBROSO DE VICENTE NIETO publicado el domingo 5 de mayo en el suplemento Revista de Diario de León. Incluye una galería con algunas de sus mejores fotografías.
Ohh, ¿se nos fue? Vaya! Que la tierra le sea leve....
ResponderEliminarHola Mónica. Se nos fue... En el enlace con el reportaje puedes ver algo más de su vida. Un beso
Eliminarhttp://www.diariodeleon.es/noticias/revista/el-ojo-asombroso-de-vicente-nieto_793088.html