Buscar este blog

viernes, 5 de julio de 2013

Achtung

"En las carreras, antes de la salida", de EDGAR DEGÁS

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 4 de julio de 2013
 
Nadie daba un duro por aquel caballo. Se llamaba Peligro. Peligro en alemán. Y nunca había ganado una carrera.
 
Peligro, o habría que escribir Achtung, que también significa Respeto o Atención, se colocó en la línea de salida del Hipódromo de La Zarzuela el pasado domingo con todas las apuestas en contra. Cuarenta a uno, nada menos.
 
Se corría el Gran Premio de Madrid, la prueba más importante de la temporada, la más emblemática, la que quieren ganar todos los criadores de caballos, todos los propietarios, todos los jinetes cuando miran el calendario.
 
Achtung era un purasangre de cuatro años de edad. Un caballo más bien mediocre, a juzgar por sus resultados. Nada que ver con el palmarés del favorito. Y nadie, salvo su criador y su jinete, tenía fe en él.
 
Cuando colocaron a los doce purasangres en sus cajones, todo el hipódromo sabía que el preparador de Achtung, enfermo de leucemia, había muerto cinco horas antes en un hospital. Mientras la enfermedad se lo permitió, aquel hombre había acudido regularmente al hipódromo para trabajar con su último corcel. Después, dirigió los entrenamientos por teléfono, hasta que la semana anterior a la carrera, el cáncer le quitó la voz.

"Carreras de caballos. Antes de la salida". Otro óleo de EDGAR DEGÁS
 
Achtung salió mal. Y corrió prácticamente toda la carrera entre los últimos puestos, su lugar habitual.
 
Pero en la recta de meta ocurrió algo inexplicable. Peligro comenzó a remontar. Uno tras otro fue adelantando a todos los caballos. Se situó a la altura del favorito. Y con todo el hipódromo conteniendo el aliento, le batió en el sprint final.
 
Es una grandiosa metáfora. Si nos la cuentan en una película, pensaríamos que el guionista se ha pasado de sentimental. Si la leyéramos en una novela, opinaríamos que el escritor ha visto muchas películas.
 
Pero sucedió de verdad. Y en estos tiempos de imputados de cuello blanco, de Correas y Bárcenas, y de gente resignada a pagar sus peajes, que un caballo espoleado por la pena sea capaz de ganar a los grandes favoritos en la carrera del año es -créanme- la noticia que todos los periodistas estábamos deseando contar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario