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lunes, 1 de julio de 2013

El diablo del mar (Prefacio)


Alejandro Dumas caricaturizado en La Lune,
publicación de folletines

RAZONES PARA RESUCITAR EL FOLLETÍN,
SI ES QUE ALGUNA VEZ ESTUVO MUERTO

Ritmo intenso. Argumento inverosímil. Simplicidad psicológica de los personajes. Es la definición de la wikipedia del folletín, el género dramático nacido en Francia en la primera mitad del siglo XIX.  Literatura fácil, sencilla, efectiva, sí. Pero no todos los argumentos eran inverosímiles. Ni todos los personajes de las tramas de cartón.

Grandes escritores publicaron por entregas algunas de las mejores novelas de aquellos años. Novelas populares. Historias de aventuras. Relatos de misterio. Desde Los tres mosqueteros a El conde de Montecristo, de Alejandro Dumas, Los miserables de Víctor Hugo, Madame Bovary de Flaubert, Comedia humana de Balzac, o las narraciones de anticipación de Julio Verne, el folletín traspasó fronteras. Robert Luis Stevenson publicó así La flecha negra y Charles Dickens o Wilkie Collins, entre los escritores anglosajones, también siguieron su estela. Emilio Salgari dio vida por entregas a su saga de Sandokán y Carlos Collodi publicó sus aventuras de Pinocho. En Rusia, el gran Tolstoy dio a conocer de esta forma su monumental Guerra y Paz. Y Dostoievski, El mensajero.Y en España, el omnipresente Benito Pérez Galdós también fue asiduo del género. 


El barco del que os hablo, cuando todavía se llamaba Leviathan.


Estos días he llenado mis dos muros de Facebook (el original y la página de escritor que abrí para que cualquiera pueda seguir lo que hago) con las imágenes de un barco. Es el comienzo de un relato de misterio. Las redes sociales y este blog, donde a partir de ahora voy a recuperar todas las entradas publicadas para que nadie se pierda y donde seguiré la trama simultáneamente, le vienen como anillo al dedo al folletín. Y si después de esto, la narración se filtra además al papel impreso, completando un volumen de cuentos, dependerá en buena medida del interés que logre despertar en vosotros. La idea es que la compartáis en vuestros muros si os gusta, o en vuestros blogs si los tenéis, siempre, claro, que respetéis el texto y nombréis quien la está escribiendo. Alguna novela reciente ha encontrado así sus lectores. Y este es el experimento que os propongo. Agradeceré vuestros comentarios, vuestras sugerencias, las novelas o los cuentos a las que os recuerda, como algunos ya estáis haciendo en Facebook.

Y respecto a la definición de folletín que ofrece la wikipedia, no le hagáis del todo caso. Lo más terrible de la historia que os estoy contando, por inverosímil que parezca, es que es cierta. Aquel barco de cinco chimeneas, doscientos once metros de eslora, y mástiles más altos que las torres de Notre Dame, tenía un eco extraño en el doble casco. Y navegó...

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