Buscar este blog

sábado, 20 de agosto de 2011

Gallos asustados


Efraín Bartolomé.
(Del blog, latalachita.blogspot.com)

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Martes 16 de agosto de 2011


Efraín Bartolomé es un poeta mexicano al que no conozco. Nunca había leído nada de él antes de escribir estas líneas. Ni siquiera sé si sus libros se pueden encontrar en España.

Además de escribir poemas, Efraín Bartolomé se gana la vida como psicoterapeuta. Tiene 60 años y vive con su mujer, una arqueóloga de 54, en la Colonia Torres de Padierna del Distrito Federal de México, la ciudad más populosa del mundo.

El pasado día 11 de agosto, a las 2.45 de la madrugada, esa hora de gallos asustados de la que habla en sus versos, un grupo de hombres armados irrumpió en su casa. Su mujer, Guadalupe Belmontes, tuvo tiempo de llamar a una comisaría mientras trataban de encerrarse en el baño, pero los hombres armados, vestidos de negro, con la cara oculta por pasamontañas y las iniciales de la policía federal en la ropa, los sacaron a empujones del cuarto y les obligaron a echarse al suelo, mientras les apuntaban con sus rifles de asalto.

Policía Federal de México escoltando un furgón de detenidos.
Foto: Felipe León (Reuters)

Revolcaron toda la casa, cuenta el poeta en su blog, y les preguntaron donde guardaban las armas —«aquí no hay armas, señor, somos gente de trabajo», respondió—. Después, esos gallos asustados que concentran pavor bajo las alas, pero a veces se equivocan de casa, verificaron algunos datos sobre la identidad del matrimonio —nada que ver con el narcotraficante que buscaban— y desaparecieron sin ofrecer ninguna explicación. Cuando el poeta y su mujer se atrevieron a levantarse del suelo, encontraron su casa patas arriba y notaron la ausencia de un reloj antiguo y un ordenador.

A las 4.43 de la madrugada, Efraín Bartolomé se puso a contar lo que les había sucedido en su blog. A las 6.35 terminó. «La luz de oriente comienza a colorear y a inflamar el horizonte. La policía nunca llegó. ¿De verdad estamos tan solos?», escribió. Y aquí lo transcribo, ahora que en el Reino Unido, el Gobierno de David Cameron reduce los disturbios de los últimos días a simples actos de vandalismo, en lugar de preguntarse qué hay detrás, y el primer ministro anuncia inflamado más poder para reprimir a los violentos, pero se olvida de aplicar políticas que saquen de la marginación a los jóvenes que viven sin empleo en las barriadas, esas estancias tibias en donde irrumpe el frío como un silbido de cristal y donde no hay lugar para la poesía.

Efraín Bartolomé ya ha recuperado su reloj.
Foto CUARTOSOCURO/VANGUARDIA

A LA ORILLA DEL SUEÑO
Poema de Efraín Bartolomé


A la orilla del sueño algo de mí despierta.
Brasas que miran la otra parte que
como siempre
duerme

Hay una barca que se abre ante el mar como una espera.
Hay una vertical sombra sin rostro que me invita a subir.
A irme de viaje por estas aguas turbias
en estas horas que alzan su ramazón
su tallo oscuro
en el tiempo que crece antes del alba.

Hora de gallos asustados
que concentran pavor bajo sus alas.
Estancias tibias en donde irrumpe el frío
como un silbido de cristal.


Alza su pecho gris la incertidumbre.
Entra mi pie en la barca.
Despierta la otra parte de mí
que siempre duerme
y unta un frío sudor sobre mi frente.
Enciendo luz.
Salto fuera del sueño.

Tiemblo.

Música solar.
1984



No hay comentarios:

Publicar un comentario