El poeta Miguel Hernández, dibujado en la cárcel de Alicante por Antonio Buero Vallejo |
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Martes 10 de mayo de 2011
Su hijo tiene glucogenosis. La glucogenosis es una rara enfermedad genética que infla el hígado de glucónego y dependiendo del tipo, puede resultar más benigna o puede obligar a un trasplante.
Luis Evaristo García, que fue minero en Colinas del Campo y ahora trabaja como pintor en Cuatrovientos, ha pasado muchas noches de vigilia junto a su mujer Leonor Fernández, los dos pendientes de su hijo mayor, de su tripa inflada, de sus vómitos de madrugada. Después de muchas noches y muchos días sin saber a lo que se enfrentaban, sin que la medicina pública acertara con el diagnóstico, ya saben que la glucogenosis de su hijo no es de las peores. Y que remitirá en la adolescencia.
El cantar de las puntalas. Ediciones Hontanar |
Para ayudar a que otros padres sepan qué dar de comer a sus hijos con glucogenosis, con qué frecuencia, de dónde viene la enfermedad, por qué se hereda y qué consecuencias tiene, Luis Evaristo ha decidido sacar de un cajón los poemas que comenzó a escribir cuando trabajaba en las minas de Igüeña y reunirlos en un libro que ha titulado El cantar de las puntalas . El libro se lo ha llevado a una editorial de Ponferrada y lo ha vendido en la reciente Feria del Libro para recaudar fondos destinados a la asociación de enfermos de glucogenosis. Luis Evaristo, que ha tenido que recurrir a la buena voluntad de los investigadores de una universidad norteamericana para recibir el estudio genético que le ha dejado más tranquilo sobre la evolución de la enfermedad de su hijo -la Seguridad Social no lo financiaba- ha querido llamar la atención sobre la glucogenosis. Sobre la odisea que ha vivido con su mujer, en medio de diagnósticos precipitados, retrasos injustificados, y de una angustia que no les ha dejado dormir durante demasiadas noches. Y lo ha hecho con versos.
Luis Evaristo no es poeta. O sí. Luis Evaristo tiene en los ojos una mirada que me recuerda a la de Miguel Hernández -que guardaba cabras y pulió su talento leyendo a los clásicos- en aquel famoso dibujo a carboncillo que Antonio Buero Vallejo hizo del autor de Orihuela en la cárcel. Quizá Luis Evaristo tenga que leer más poemas, rimar menos versos. Pero nadie puede negarle el aliento que sólo se encuentra en los poetas sinceros. Porque a la poesía le sobran impostores, e impostados, y le hacen falta más pastores de cabras y más mineros que sepan dar buenas puntalas
Leonor y Luis Evaristo, con su hijo Iker. El dibujo de la portada del poemario lo hizo el chaval |
Me gusta mucho lo que has dicho, precisamente ahora, que la web arde con enfrentamientos poéticos y manifiestos.
ResponderEliminarGracias Sara.Son tristes las guerras de poetas. Un beso
ResponderEliminarAsí que a la poesía le hacen falta más pastores de cabras... Y a los pastores... ¿les hace falta más poesía?
ResponderEliminarLa poesía nunca sobra. Miguel Hernández fue pastor de cabras y fue poeta.Cuando Luis Evaristo García, que fue minero y ahora es pintor, escribe de su hijo lo hace porque tiene el mismo impulso sincero que el poeta de Las nanas de la cebolla. A muchos poetas lo que les sobra es impostura y manifiestos y les falta vida...
ResponderEliminarGracias otra vez Francesca por pasar por aquí.
Quiero pensar que no me ha censurado usted...
ResponderEliminarA lo que me refería al preguntarme si a los pastores les hace falta más poesía, es que me parece que, a veces, la vida sin poesía puede ser más sencilla.
Encarar los verdaderos sentimientos es, en ocasiones, mucho más doloroso que volver la vista hacia otra parte y dejar que el tiempo pase...
Gracias a usted por permitirnos el paso.
Francesca. No la he censurado. No es la idea de este blog. Me gustó su comentario y se lo respondí. Pero el servicio de blogger ha estado caído durante más de 24 ahoras (sólo permitía lectura) y ha borrado todas las entradas y comentarios de los dos últimos días. A mí y a todos los blogueros.
ResponderEliminarLe agradezco mucho que se pase por aquí. Hay muchas formas de escribir poesía. A algunas personas les sirve de alivio enfrentarse con ese dolor del que me habla. Ayuda a ponerlo en su sitio.Yo soy un poco poeta cuando narro y muy narrador cuando escribo poemas (que son pocos).
No se conforme siempre con las cosas sencillas, aunque escondan la felicidad.
Espero que siga pasándose por aquí. El paso está franco...
(Igual Blogger acaba devolviéndonos las entradas y comentarios desaparecidos)
Sólo con fe y amor se puede seguir adelante cuando las cosas se ponen feas. Cuando los versos conmueven porque salen de las profundidades del corazón, brota la poesía. Brindo por esos padres que nunca han decaido y han luchado hasta el final.
ResponderEliminarGracias por su comentario. Lo veo un año después y espero que se haya seguido pasando por aquí.
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