Yo también le tuve miedo a las agujas.
Le veía los dientes al verano
en la casa de mis padres.
Las camas era mutaciones
de edredones azulados.
Las habitaciones, el murmullo
de una voz antigua.
Y el pasillo, una penumbra
de pasos amarillos
que no encontraban donde reposar.
Las camas era mutaciones
de edredones azulados.
Las habitaciones, el murmullo
de una voz antigua.
Y el pasillo, una penumbra
de pasos amarillos
que no encontraban donde reposar.
Me escondía en cualquier dormitorio
de las manos de mi abuelo
de las manos de mi abuelo
cada vez que estaba por venir
del pueblo para pincharme.
del pueblo para pincharme.
Y tenían que arrastrame de los pies
como un carnero que chilla
porque le llevan al degolladero.
Y pataleaba.
Y me descostraba las rodillas.
Y nunca lograban engañarme del todo.
Creo que de niño me inyectaron tanto ardor
que mi carne de carnero revoltoso
todavía tiene que tener un sabor amargo.
Y si me levantan la piel.
Y si me despellejan la infancia,
muerdo veneno.
Y ahora no te extrañe
si me salen alfileres blancos de la boca
cuando te bese.
Pues besame y saldremos de dudas. Quizás yo tenga el antídoto a tus pinchazos. Bienvenido de nuevo al poeta.
ResponderEliminarAntes de besar a nadie, debería quitarme los alfileres de la boca. Gracias por una propuesta tan sugerente.
ResponderEliminarCarlos.
Carlos, dudo mucho que un chico como tú tenga alfileres en la boca, de todos modos, deberías dejarme que lo compruebe. Así que como no me visites en breve voy a tener que ir a buscarte y traerte de las orejas.
ResponderEliminarNo es necesario que firme ¿verdad?.
Un beso sedoso, sin alfileres jejeje
Joder. Mi dentista...(jajajaja)
ResponderEliminar(Firmo Carlos)
¿Por qué has cambiado la poesía? Personalmente, prefería la versión anterior. Nos acercaba más a tu infancia y eso me gustaba. Me encantaría conocer la razón que te ha motivado a cambiarla, si se puede saber, por supuesto.
ResponderEliminarToma el tiempo que necesites. Yo, seguiré esperando. No tomes mis palabras como inefables, todo tiene su significado ;-)
ResponderEliminarA Una chica que pasaba por aquí.
ResponderEliminarClaro que se puede saber. El poema está inacabado... Estoy pensando en darle otra vuelta. El comienzo me parecía muy barroco, pero quizá sea cierto que lo he podado demasiado. Me gusta ir haciendo cambios en los textos del blog que no han sido impresos hasta que cuajen del todo.
Вы мечтаете .
De verdad, me siento halagado. Pero no sé qué estas alimentando. No sé si sera bueno que lo alimentes...
Fidalgo, sé hasta donde puedo alimentar y hasta donde no, tranquilo. Pero es cierto, a lo mejor esto no es bueno alimentarlo por tí; si te he hecho sentir incómodo o violento por ello, te pido disculpas.
ResponderEliminarNo volveré a dejar ningún comentario, me limitaré a leerte en silencio.
Espero que algún día puedas vivir sin esos alfileres en los labios, o en el alma, por tí, solo por tí.
Hasta pronto poeta.
Вы мечтаете Sentiría que dejaras de poner tus comentarios aquí. No me he sentido incómodo en ningún momento. Y no tienes que disculparte. Yo pensaba más bien en lo que pudieras alimentar tú.
ResponderEliminarTampoco te preocupes por mis alfileres. No hacen sangre.
Me gusta la vuelta que le has dado, sigues expresando lo mismo pero de una manera menos burda. Lo que sí nos dejas claro es que tienes un serio problema de fobia a las agujas :) pero está bien que lo saques todo fuera a través de la poesía. Próximo paso, donar sangre ;)
ResponderEliminar¿En serio eres amigo de tu dentista? nooooooo, no puede ser. ¡¡Nadie es amigo de su dentista!! además, tú pareces buen chico para tener un amigo así. Se me ponen los pelos de punta sólo de pensar en esa jeringa metálica y su aguja extralarga, y en el ruidito del torno :(
No sé lo que le pasa hoy a mi cuenta pero no me deja mostar mi perfil. Soy Una chica que pasaba por aquí.
Dedicado a Carlos Fidalgo y a Una chica que pasaba por aquí, que os veo muy liados entre sangre y agujas.
ResponderEliminarSerie televisiva "Doctor en Alaska". Capítulo centrado en una campaña de donación de sangre en la pequeña localidad protagonista. Comentario del locutor local, tras ser acusado por el cacique de la comunidad de ser un "gallina con las agujas" por no acudir a la donación:
CHRIS STEVENS: No es lo que te meten, es lo que te sacan. Es la sangre, Maurice, ya sabes, tan viva metida en esas bolsas.....Es como......entrañas líquidas.....
jaja. Mónica. Me has captado...
ResponderEliminarCarlos.