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jueves, 1 de marzo de 2012

Vertedero de vientos

La basura que nos rodea. Del blog astrofotograncanaria.blogspot.com

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 1 de marzo de 2012

No llueve. No sopla el viento. Y ya no es un sombrero. Es una auténtica manta de veneno lo que flota sobre nuestras cabezas este invierno.

Me refiero, otra vez, a la nube de contaminación que sobrevuela el Bierzo. De noche parece un banco de niebla que envuelve a la comarca en una atmósfera de misterio. Pero no hay nada mágico detrás de tanta polución. Sólo algunas chimeneas industriales quemando carbón, fabricando cemento, moldeando acero. Y algún incendio forestal, calcinando matorral en los montes después de un invierno muy seco.

Nos guste o no, vivimos de esas chimeneas. No podemos cerrar la térmica de Endesa, ni la de Anllares, ni la cementera de Cosmos, ni la acería de Roldán. El Bierzo ya se está convirtiendo en un erial para el empleo.

Y depositar esperanzas a corto plazo en las investigaciones sobre la combustión limpia del carbón es de ingenuos. Faltan muchos años, demasiados, para saber si la tecnología que está desarrollando la Fundación Ciudad de la Energía para capturar las emisiones de dióxido de carbono y encerrarlas en almacenes geológicos puede ser efectiva.


La huella que dejamos. Del blog www.clubdarwin.net


Así que estamos metidos en un pozo. En un agujero donde no corre el aire. Un vertedero de vientos. Un cementerio de partículas en suspensión. Una hoya de contaminación rodeada de nieve.

Aquí tenemos más casos de cáncer de lo normal, ya lo he contado. Aquí han querido instalar una planta de zinc en Cubillos, un vertedero de residuos en Matachana y una incineradora para quemar lodos y plásticos y neumáticos y grasas animales en Toral de los Vados. Como si no tuviéramos bastante.

Y chocamos contra un gigante. Porque Cimpor, la multinacional portuguesa que ha querido y todavía quiere incinerar residuos en su cementera berciana, es un gigante con mucho dinero y buenos estrategas. Así es como ha logrado dividir al movimiento opuesto a la incineradora —tan heterogéneo y tan sensible a las presiones— apostando por la quema de biomasa, pero sin renunciar a nada. Y ya va siendo hora, digo yo, de que todo el Bierzo tire de la manta.

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