Mural sobre la revolución. México DF |
CUARTO MENGUANTE
La columna que no aparece en el Diario de León
Le llamaban El amargo Bierce (Bitter Bierce, en inglés) y desapareció en México durante la revolución.
Bitter Bierce, que tenía cumplidos los 71 años, dejó escrito esto en una carta: "Si oyes que fui llevado ante un muro mexicano y fusilado hasta convertirme en harapos, comprende que para mí, esa sería una excelente manera de dejar esta vida. Es superior a la vejez, a la enfermedad, o a caerse por las escaleras de la bodega. Ser gringo en México... eso sí es eutanasia".
Autor de El Diccionario del Diablo, una colección de definiciones sarcásticas de la que ya he hablado en otra entrada de este blog, Ambrose Bierce fue uno de los periodistas más cínicos que ha habido en los Estados Unidos. También fue escritor de relatos de terror, muchos de ellos ambientados en la Guerra de Secesión. Por algo Bierce había combatido en las filas de la Unión durante la contienda, participando en batallas tan sangrientas como las de Shilo, Chikamagua y Chatanooga, donde debió descubrir la parte más amarga de la realidad.
En octubre de 1913 dejó la comodidad de su domicilio en Washington DC para visitar por última vez los campos de batalla donde había combatido cincuenta años antes. Dos meses después, sin embargo estaba en El Paso y cruzaba la frontera con México, donde acababa de estallar una revolución. En Ciudad Juárez, se unió al ejército de Pancho Villa como observador y su rastro se pierde en Chihuahua. A partir de aquí todo es leyenda, aunque está documentado en la Enciclopedia Británica que un gringo viejo murió en la batalla de Ojinaga, el 11 de enero de 1914. Y en la villa de Sierra Mojada, circuló durante años la historia de que a un escritor yanqui lo habían fusilado en el cementerio del pueblo.
En cualquier caso, Bitter Bierce debió conseguir lo que buscaba. Desaparecer sin caerse por las escaleras de la bodega. Y de paso, ser el protagonista de la novela de su vida. En 1985, el escritor mexicano Carlos Fuentes publicaba Gringo Viejo y convertía su desaparición en un best-seller. Fuentes transformaba por fin a Bierce en un personaje de ficción y ponía en su boca una frase amarga: "Hay una frontera que sólo nos atrevemos a cruzar de noche: la frontera de nuestras diferencias con los demás, de nuestros combates con nosotros mismos".
Y me lo imagino cruzando la frontera con México. Buscando que alguien le mate para no morir de viejo.
Una tapia de México, fotografiada por JUAN RULFO |
DOS ENTRADAS SOBRE EL AMARGO BIERCE
El Diccionario del Diablo y Gringo Viejo son dos entradas de este blog con el mismo comienzo. Pero el final de la segunda lo escribí después de volver de México. Así que tiene mucho más valor...
No hay comentarios:
Publicar un comentario