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viernes, 16 de mayo de 2014

Acero y niebla



La luna de Mélies, en uno de los fotogramas del Monumento al Cine de Ponferrada.
FOTO: www.carralero.es

MOVIMIENTO Y LUZ EN UNA CINTA DE ACERO
Diario de León. Revista. Domingo 11 de mayo de 2014

A José Sánchez Carralero le había encargado el Ayuntamiento de Ponferrada que diseñara un monumento al cine para el principal acceso a la ciudad. Lo había aceptado con dudas, porque nunca se había atrevido con una escultura de grandes dimensiones y tenía miedo del resultado, convencido de que «una escultura pública no se puede hacer de espaldas a la gente». Carralero comía un día con los escritores Luis Mateo Díez, Juan Pedro Aparicio, José María Merino y el periodista y editor Jesús Ugidos cuando les consultó. «Me dijeron que huyera de los tópicos, ni cámaras, ni claquetas, ni sillas de director, y al final hice todo lo contrario de lo que me dijeron. Pensé que el cine era movimiento y luz y cogí los tópicos que enganchasen a la gente», cuenta el artista sobre la génesis del Monumento al Cine.

Y así surgió el diseño de la cinta de fotogramas en acero corten, con retazos de los grandes clásicos del celuloide. Desde Un perro andaluz a Los pájaros. De El padrino a Casablanca. De Alfred Hitchcock a la navaja de Buñuel. Mientras una grúa enorme terminaba de montar toda la estructura en la primavera de 2003, el autor se acercó a unos jubilados y sin decirles quién era les preguntó qué era aquello. «¡Coño, no estás viendo a Marlon Brando!», le respondieron. Y supo que había acertado.

Marlon Brando, en acero corten. FOTO. www.carralero.es

RETROSPECTIVA EN CACABELOS
Rescato aquí un artículo antiguo sobre el monumento al cine de Ponferrada. Lo escribí poco después de su inauguración, en el verano de 2003, cuando la Escuela de Cine del campus, hoy desaparecida, afrontaba su tercer curso. El pintor lo ha querido incluir en el catálogo de la retrospectiva que permanecerá colgada durante los próximos cuatro meses en las paredes del Museo de Cacabelos. Al día de hoy, sigo pensando que la de Carralero es la única escultura pública de Ponferrada con alma propia.

Monumento al cine, entre la niebla. FOTO: www.carralero.es
  
Un monumento de cine
CRÓNICAS BERCIANAS
Diario de León. Lunes, 30 de junio de 2003

Rick le está diciendo a Ilsa que siempre les quedará París mientras la niebla envuelve el aeropuerto de Casablanca. Unos fotogramas más lejos, un adolescente recién graduado observa embelesado las piernas de una mujer retirándose las medias. Sobre su cabeza, naves espaciales combaten entre las estrellas, y un poco más abajo, un gorila gigante se balancea en lo alto de un rascacielos mientras sostiene a la bella entre sus dedos y espanta a una escuadrilla de aviones a manotazos.

Anoche vi a una pareja arriesgándose a sufrir un atropello en mitad de la calzada mientras observaban la mirada turbia de Marlon Brando en la piel del padrino. Chaplin tenía el mundo en sus manos y a la luna le habían clavado un cohete en un ojo y ponía cara de espanto, cuando pasé con mi coche y esquivé a los dos mitómanos sugestionados por las transparencias del monumento al cine que ha diseñado José Sánchez Carralero. No me vieron. Habían dejado de mirar al capo siciliano y estaban más pendientes de los obreros de Novecento que del tráfico. Cada fotograma de esa espiral de sueños que adorna una de las entradas de Ponferrada es una cortina de acero en realidad. De cerca, sólo se aprecian hileras de tiras metálicas. De lejos, uno descubre las imágenes, tan engañosas, que por momentos parece que el viento agite las plumas del cuervo que descansa sobre los hombros de Hitchcock.

 
Monumento al Cine, un día de niebla. FOTO: www.carralero.es

 
La apuesta de Carralero es valiente. Sorprende y creo que no deja indiferente a nadie. Hay a quien tanto acero oxidado le espanta y pone la misma cara que la luna tuerta de Mélies cuando descubre el monumento en mitad de la nueva glorieta. Y hay quien no puede dejar de mirar sus fotogramas, maravillado por el juego de luces sobre el metal, que recuerda a las luces del cine, y por un momento se olvida de que los coches circulan a su alrededor y lo recomendable es observar las transparencias de lejos para apreciarlas mejor.
El monumento nace con vocación de símbolo, y no es extraño que esté tan cerca del campus y de la Escuela de Cine; una apuesta si cabe más arriesgada que la escultura de Carralero, siendo una ciudad periférica Ponferrada, y que mal que nos pese, aún no parece del todo consolidada. La Escuela ha traído aires nuevos a Ponferrada, donde en los últimos dos años se han dejado ver los directores más reconocidos del cine español, y sería una lástima que la demanda de alumnos no alcanzara este año todas las plazas ofertadas.

Y el monumento de Carralero, como la Escuela, también es un aire fresco, porque rompe con la imagen de ciudad encerrada en sus tradiciones que transmiten las esculturas de otras glorietas, con todo el respeto para los templarios y las pimenteras. Porque ya era hora de que miráramos más lejos. De que dejáramos a un lado el Bierzo de pandereta para contemplar otros universos; una batalla en las estrellas, unas piernas de mujer, los ojos profundos de la Bergman, clavados en el rostro de piedra de Bogart, mientras hablan de París y a los dos los envuelve la niebla que cuando en cuando mana del Sil
 
El Monumento al Cine, entre la niebla. FOTO: www.carralero.es

2 comentarios:

  1. ¡Ay, mi don Vito, que anda por Ponferrada! :)
    Enhorabuena al escultor y al autor de esta entrada, ¡viva el cine!
    A conductores y transeúntes: ¡prudencia!

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