A Celso López Gavela, que fue alcalde de Ponferrada durante 16 años, no le gustaban las inauguraciones. Bajo su tercer mandato, impulsó la construcción del Puente de Hierro que ahora también llevará su nombre entre el polígono de Las Huertas y la avenida de América, y nunca se preocupó por cortar una cinta. Al viaducto se le conoce como ‘el Puente de los Faraones’ porque costó 160 millones de pesetas de los años ochenta, 19 más de lo presupuestado, y mucha gente opinó que aquello había sido un despilfarro. El puente, en cualquier caso, era necesario.
A Celso López Gavela no le gustan los nombres largos. A sus 88 años sabe muy bien que no cuajan. Al final es la gente la que decide cómo se llaman las cosas, aunque la placa ponga Puente de Hierro-Alcalde Celso López Gavela. La Gran Vía de Madrid, por ejemplo, nunca fue la avenida de Rusia, ni la avenida de José Antonio, por mucho que los carteles nos dijeran lo contrario durante 45 años.
Celso López Gavela también fue el alcalde de la Casa de la Cultura. Los tres mil libros de Ponferrada estaban desperdigados por toda la ciudad, y él, que era un lector voraz, perdía mucho tiempo de local en local. Así que decidió reunirlos en un único edificio.
Siempre tuvo aura de honrado, a pesar de las insidias que se propagaron sobre el falso pazo que tenía en Portugal. En su día echó de su despacho a un famoso constructor que le proponía una ilegalidad. Y me pregunto cuántos alcaldes y concejales harían hoy lo mismo.
Celso López Gavela. L. DE LA MATA |
Pero Celso López Gavela fue sobre todo el alcalde del parque de La Concordia. Allí plantó una alameda, porque esos árboles son los que dan sombra a los hombres libres, según decía Allende. Los álamos, sin embargo, no sobrevivieron a la reforma que cambió la ribera del río en 2006.
Estos días tenemos a un ex alcalde que se va, a otro que dimitió dos veces, pero parece que nunca se haya ido del todo, y al regidor actual, que se balancea en el alambre, sin partido y sin una mayoría absoluta que le respalde. Enredados en la lucha por el mismo sillón, los tres juntos son un ejemplo de discordia. Se nota que ninguno ha conseguido hacerle sombra a Celso López Gavela.
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