"Varado en el astillero, apenas se había movido". ROBERT HOWLETT |
5. Tres mil personas se habían reunido en la ribera del Támesis para presenciar la botadura. Y de repente, se escuchó una explosión. La tensión había roto uno de los cabestrantes y había provocado el estallido de la máquina de vapor que tiraba de las cadenas. Había un hombre muerto y algunos heridos. Y el barco, varado en el astillero, apenas se había movido un metro.
El diablo del mar © Carlos Fidalgo
Publicado en León al sol. Diario de León. Jueves 1 de agosto de 2013
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